Laura Esquivel se animó al rompesiesta de Seguimos en El Doce desde Carlos Paz. La artista, que encabeza el elenco de la obra Kinky Boots, reflexionó sobre las consecuencias de la fama y las dificultades que atravesó en la adolescencia En particular, sobre las repercusiones de su personaje en la tira infantojuvenil "Patito Feo".
La actriz confesó que trabajar desde tan chica le afectó mucho. “Mis 20 fueron difíciles, pero a la vez hermosos porque fueron momentos de mucho descubrimiento. Creo que me sigo descubriendo”. Según relató, fue tratarse en terapia la que la ayudó a trabajar su condición de ansiedad.
En ese sentido, Lauro sostuvo que se tomó de “esa madurez” -algo que creó- para que no la lastimara nada del ambiente como las presiones y "muchas cosas que pasan en el mundo artístico". Y agregó: “Después me di cuenta que eso no era real. Quería sostener esa madurez y eso no está. A veces me pregunto por qué esa Laura era tan madura, quizás era parte de la personalidad que me reforzaba para que nada de entre y te lastime".
Sobre eso, confesó: "Viví muchos años de mi vida muy acelerada y me armé una coraza muy sonriente y ahora me permito ser yo sin tanta vuelta".
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La relación con su novio
“Nos conocimos en un momento de la vida que estábamos bastante rotos los dos”, comenzó explicando Laura. A su vez, la actriz reveló que se dedica a la política: “También hace comunicación porque es difícil vivir solo de eso. Pero su gran pasión es en el radicalismo”.
La artista contó que encuentra muchas coincidencias entre su profesión y la de su pareja: “El laburo artístico y político es difícil por igual porque es muy sacrificado y tenés que dar mucho tiempo de tu vida”.
Sin embargo, valoró la profesión de su compañero ante los desafíos que supone: “Los dos tenemos 28 años y si hay algo me él me enseña todos los días es que hay gente re joven que quiere hacer cambios y eso me genera mucha admiración”.