El pasado 8 de marzo, Ezio sufrió en carne propia la brutalidad de los ladrones en Córdoba. Al tratar de impedir que le roben la batería de su vehículo en barrio Ituzaingó, se subió al capó del auto de los delincuentes y terminó herido en coma farmacológico.
Tras varios días de pelea por su vida, el jubilado pudo recuperarse, aunque aún se recupera de varios golpes. "Sigo con dolores de cintura, tengo tres costillas fisuradas y un pulmón perforado", repasó en diálogo con Arriba Córdoba.
"Cuando iba arriba del auto estaba agarrado del capó para ver si podía frenar a los tipos y no había forma. Al ver que yo estaba arriba hizo para atrás. Y no me solté", recordó sobre el momento más dramático.
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Tras recorrer varios metros y cruzar una avenida, el hombre decidió soltarse: "Cuando vi que no paraba y la gente estaba en la calle, me largué de costado. Tengo la pierna toda lastimada. Todos los vecinos fueron maravillosos. No hubo uno que no se preocupara. Caí al suelo todo machucado, pero no perdí nunca el conocimiento".
"Vayan a laburar"
Consultado por su reacción, Ezio aclaró que no se arrepiente. "Yo quería que pararan y me digan por qué hacen esas cosas. Siempre fui muy ágil", dijo, y lamentó la delincuencia reinante en la ciudad: "Les diría por qué no piensan un poco y trabajan más, que acá hay trabajo para todos. Yo me jubilé a los 65 años, trabajé 30 años en la Fiat y después seguí trabajando".
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