Un preso escapó de la cárcel de San Luis y es buscado por las fuerzas de seguridad desde el domingo. Se trata de Carlos Alberto Figueroa, condenado por el crimen del cordobés Walter Gramaglia en 2004.
Figueroa fue sentenciado a prisión perpetua en 2008, sin embargo estaba alojado en una granja y gozaba de salidas transitorias, reconocieron las autoridades puntanas.
El domingo a la mañana advirtieron que el preso ya no estaba en su lugar de alojamiento, señaló El Diario de la República. Con fuerzas provinciales y federales se inició una buscada para tratar de recapturar al prófugo.
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Por la fuga de Figueroa, el Ministerio de Seguridad de San Luis comunicaron cuál era la situación del preso: "El Poder Judicial había decidido con base en los antecedentes de buena conducta conceder los permisos necesarios para realizar salidas transitorias".
"Asimismo, y bajo una evaluación realizada por especialistas, se determinó la continuidad de su período de detención en la Granja Penitenciaria, donde estaba alojado desde mayo de 2019", indicaron sobre la presencia del homicida en el establecimiento ubicado a 7 kilómetros de la capital puntana.
El comunicado oficial, agregó: "Se informa que los recursos necesarios de la Policía de San Luis y sus equipos de investigación se encuentran trabajando en todas las pistas necesarias para dar con el interno fugado. En la zona se realizan trabajos con drones y canes, y se efectúan rastrillajes con efectivos de las diferentes áreas".
Secuestro y asesinato
La Justicia de San Luis condenó a Figueroa el 28 de noviembre de 2008 por un crimen registrado entre el 22 y el 23 de septiembre de 2004 contra el kinesiólogo cordobés que estaba radicado en la capital puntana.
Según determinaron en el juicio, Gramaglia fue asesinado por asfixia después de secuestrarlo. La investigación concluyó que ataron el cadáver a una viga y lo arrojaron al dique La Florida, adonde lo encontraron el 9 de octubre de 2004.
Figueroa recibió una pena a perpetua como responsable de homicidio calificado por alevosía. En el mismo caso condenaron a Daniel Martínez, un uruguayo que deportaron a su país en 2019. Otros dos sospechosos fueron absueltos por el beneficio de la duda.