Marta Romina Taiguán intentó visitar en la cárcel a su expareja Rubén Alberto Giménez. Trató de burlar la guardia haciéndose pasar por una prima, pero se dieron cuenta que era la víctima y lo impidieron.
El caso del intento de femicidio provocó conmoción en esa provincia,el mes pasado. El hombre le asestó a la mujer dos puñaladas en el tórax, dos en el abdomen, y una en la mano. Tras cometer el horroroso ataque, se entregó en una comisaría. “Me mandé una caga…”, le dijo a un oficial y quedó en prisión preventiva.
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Mientras tanto, Marta pasó todo el mes de julio y parte de agosto internada. Superó varias cirugías reconstructivas por las heridas provocadas con un cuchillo de cocina. Tras la milagrosa recuperación, lo primero que hizo fue ver la forma de reecontrarse con su agresor.
Aparentemente con la ayuda de una hermana del femicida, intentó ver a su agresor. Además, le llevó sus tres hijos para que lo vean. “Estoy sorprendida, yo le había dicho a Romina que no vaya para ahí. No sabía nada”, dijo Nancy Acevedo, la madre de la chica.
Norma Morán, la jueza de la Oficina de Género, recordó el perfil del detenido. “La personalidad de Giménez lo describe como machista, con un poder sobre la mujer, siempre ejerció autoridad sobre la familia, en especial sobre Romina. No tiene ningún tipo de arrepentimiento y consideraba a Romina como un objeto su propiedad. Es un sujeto machista e indiferente a lo que hizo”, advirtió la magistrada al conocer lo que hizo la mujer.