Camila Peñalva tenía 25 años cuando fue hallada sin vida en el interior de su vivienda, en la localidad de Huacalera de la provincia de Jujuy. El crimen ocurrió el 5 de marzo de 2020 y, desde aquel momento, el perito de la Justicia había sostenido que la joven murió intoxicada por consumo de alcohol.
En diciembre del año pasado, a poco de que se cierre la causa, la familia de la víctima denunció que la autopsia estaba "falseada" para esconder el femicidio y la situación de violencia de género que sufría la joven madre antes de ser asesinada.
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Ahora, sus familiares consiguieron lo que querían. La Justicia investiga la muerte de Camila como un femicidio y se complica la situación de su ex pareja, Roberto Quipildor, quien quedó detenido y fue imputado por "homicidio agravado por el vínculo, por uso de veneno y por violencia de género".
El cambio de carátula de la causa se logró gracias a una junta médica realizada el 23 de diciembre pasado en la que el perito a cargo de la autopsia presentó "fotos que nunca había aportado al expediente". Además se sumó un informe jamás presentado que indicaba que Camila tenía rastros de un plaguicida, "concluyéndose que la asfixia se produjo por envenenamiento", informó Mariana Vargas, abogada de la familia.
La letrada agregó que además del cambio de carátula "se ordenaron nuevas medidas de prueba y un examen mental, que es el que obligatoriamente se pide para todos los imputados por un delito".