José Galfre (40), suboficial de San Francisco, falleció cuando realizaba una práctica física para el curso de ascenso en el predio de la Escuela de Suboficiales, ubicado en Villa Esquiú.
A dos semanas de la tragedia que conmocionó a la Policía de la Provincia, desde la fiscalía de instrucción a cargo de Andrés Godoy confirmaron que el deceso se produjo por muerte súbita. Así lo determinó la autopsia.
Según detallaron desde el Ministerio Público Fiscal, la investigación concluyó que la institución contaba con desfibrilador en las instalaciones, tal como lo establece el Decreto Nacional 402/22 reglamentario de la ley 27.159.
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Aunque cabe recordar que al momento de la asistencia médica a Galfre no tenían el aparato. El propio comisario mayor Gabriel Bosque, director de Sanidad, lo admitió en declaraciones a Noticiero Doce el pasado 17 de octubre.
A su vez, la fiscalía de instrucción del distrito 3 turno 1 advirtió que los análisis clínicos incorporados en el legajo del suboficial fallecido arrojaron valores por encima de los normales. José Galfre los presentó ante sus suboficiales al momento de obtener el apto médico para realizar el curso de ascenso, según consta en el expediente.
También revelaron que el efectivo de San Francisco tenía hipertensión arterial y estaba medicado. Esto ya lo había manifestado el comisario mayor Bosque a este medio, quien había asegurado que “estaba controlada por médico particular”.
“En agosto del año pasado presentó un certificado de su cardiólogo particular que habilitaba y le permitía hacer todo tipo de actividad habitual e inherente a la función policial”, subrayó Bosque en aquella entrevista.
Cabe aclarar que el fiscal Godoy continuará investigando para determinar si Galfre estaba en condiciones de realizar el examen físico obligatorio para el ascenso.