Alexis tiene 10 años, cursa quinto grado de la Escuela Provincia de Corrientes y vive en barrio Villa Urquiza de la ciudad de Córdoba. El cierre de los colegios por la pandemia del coronavirus hizo que se atrasara en las clases virtuales: no tiene Internet y la familia atraviesa una crítica situación económica.
Sin embargo, nunca dejó de estudiar. Su mamá Anahí Soria siempre estuvo ahí, acompañándolo para que siguiera aprendiendo. Hasta que apareció un noble corazón, la vecina Antonia Maldonado que, sin pedir nada a cambio, les prestó Internet.
Primero armaron una mesa en el patio, lugar donde llegaba la señal de Wi Fi. Pero en reiteradas ocasiones los sorprendió la lluvia, por eso convirtieron el auto en un aula virtual. Todos los días, Alexis se sube a la camioneta -su mamá supervisa en la parte trasera- y se conecta con un celular a las clases virtuales.
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Su mamá es empleada doméstica y su papá trabaja en negro, por lo que el dinero no alcanza para que vaya en remis al colegio -queda a más de 50 cuadras de su casa- y acceder a Internet, aunque sea algunos días a la semana. Cuando Anahí va a trabajar, lo lleva con él y su jefa le permite que use Internet para estudiar.
"La camioneta es el único lugar donde tengo Wi Fi", dijo el pequeño alumno a El Doce y se sinceró: "Estoy más o menos cómodo". Con mucho esfuerzo y sacrificio, Alexis sigue al pie de la letra lo que su maestra Jaqueline Martos le indica.
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