Un hombre de 28 años, con nacionalidad peruana, fue condenado a 11 años de prisión acusado de abusar sexualmente de la hija de 12 años de su pareja. La víctima, quedó embarazada tras la violación y fue sometida a los protocolos sanitarios para interrumpir la gestación. Los hechos ocurrieron en Córdoba en el 2018.
La Cámara Criminal y Correccional de 4° Nominación lo encontró culpable por los delitos de abuso sexual con acceso carnal reiterado (dos hechos) triplemente agravado por la calidad de guardador, por la situación de convivencia preexistente y por el grave daño a la salud mental de la víctima. Al mismo tiempo por corrupción de menores, agravado por la situación de convivencia.
El agresor reconoció los hechos, pero se defendió argumentando que era de Perú, que "sus pautas socioculturales lo pueden haber condicionado" y reveló que había sido abusado cuando era niño. Sin embargo, el Tribunal no hizo lugar a su defensa y concluyó que, al momento de cometer los abusos, tenía conocimiento de las consecuencias penales, ya que la extorsionaba a su hijastra para que no dijera nada porque "lo podían meter a la cárcel".
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El calvario de una nena de 12 años
La menor se quedaba junto a sus hermanos al cuidado del padrastro cada vez que su mamá se iba a trabajar.
Los dos hechos ocurrieron en octubre de 2018 y el accionar fue el mismo: el padrastro la obligó a ir al dormitorio donde estaba la cama matrimonial y allí la violó.
En un examen ginecológico se detectó que sufrió un desgarro, al tiempo que se verificó un grave daño psicológico.
La investigación inició luego de que la médica del dispensario que la atendió pudo comprobar que la víctima estaba embarazada. Allí expuso su consentimiento para abortar.
De acuerdo a lo que se describió en el fallo, por miedo, la víctima "reprodujo un relato elaborado por el acusado, refirió que había tenido relaciones con un joven de la escuela de nombre A. y que éste le dijo que abortara".