Un caso de violencia de género estremece por estas horas en Córdoba, luego de conocerse la condena a 14 años de prisión para un hombre que esclavizó y humilló durante casi 20 años a su pareja. El agresor la sometió a toda clase de agresiones.
El fallo judicial fue expuesto por el fiscal federal Maximiliano Hairabedián en sus redes sociales, relatando detalles de la resolución. “Fue reducida a la condición de cosa y sierva a lo largo de casi 20 años”, sentenciaron los jueces.
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La víctima pasaba pocos días sin recibir algún tipo de golpes, amenazas, insultos y penitencias. Las pericias psicológicas, testimonios de familiares, allegados y vecinos respaldaron los dichos de la mujer. "Rara vez no le pegaba. Toda la vida vi todos los días pegarle a mi mamá", declararon los hijos ante la Justicia
Entre otras aberraciones, el condenado la obligaba a cantar y tocar la guitarra para él después de pegarle. El fallo también expresó que "era comparada con un perro, ya que decía que éste y las mujeres deben quedarse en la casa".
El hombre además culpaba a ella por las agresiones que sufría, justificándose en acciones como que "la comida no estaba bien hecha" o porque "no lavó la ropa". Por otro lado, la aisló completamente de su vida: tenía prohibido juntarse con su familia, ir a misa y festejar el cumpleaños con sus amistades.
"Era obligada a quedarse desnuda a la intemperie bajo el frío y la lluvia 'hasta que se le pasara la loca', arrodillarse y pedir perdón, comer las sobras", agrega la publicación de Hairabedián.
Algunos de los fundamentos de la Justicia para condenarlo a 14 años de cárcel:
* Con violencia sistemática y sostenida privó a la víctima de su libertad, sometiéndola a su dominio exclusivo y directo, a trabajar y prestarle servicios domésticos y personales más allá de los que normalmente comparte y se brinda una pareja.
* Ella no podía evadir, negarse o modificar tal situación, creada e impuesta exclusivamente por el imputado a lo largo de los años a través de golpes, amenazas, coacciones, castigos físicos y hostigamientos diarios.
* La víctima sufría explotación económica: el hombre cobraba el producto del esfuerzo de ella; percibía y le manejaba la pensión. Dispuso de su dinero, tiempo y libertad, manteniéndola plena y permanente a su merced, bajo amenazas e infundiéndole temor y castigos físicos.