El considerable aumento de casos de coronavirus en Córdoba hizo que se dé marcha atrás con las medidas de flexibilización y los controles vuelvan a ser más estrictos. Ahora, la provincia toma una actitud aún más agresiva en el combate contra la pandemia.
Por ese motivo, en 16 barrios de la Ciudad de Córdoba se realizan testeos masivos e hisopados para detectar la ruta del virus. La epidemióloga Laura López, una de las expertas más destacadas del ministerio de Salud provincial, confirmó el listado que fue anticipado por El Doce y explicó que las zonas seleccionadas para establecer estos controles se determinaron en gran parte debido al brote del Mercado Norte.
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En el caso de Bajo Pueyrredón se dispusieron dos tipos de carpas, entre las calles Charcas y Juan José Casal: en una se realizan extracciones de sangre y testeos rápidos. Estos métodos sirven para detectar indicios de coronavirus y calificar a un caso como “sospechoso”.
En la otra carpa se realizan los hisopados, que son métodos exactos para detectar COVID-19, pero también más caros. Por ello los encargados de los controles intentan sólo utilizarlos con aquellas personas que presenten síntomas notorios o sean casos sospechosos.
“Hay muchas medidas que no se están respetando”, señaló con preocupación Laura López, que indicó que descubrieron muchos casos de personas que circulaban con sus debidos permisos pero que tenían familiares, convivientes o compañeros de trabajo infectados.
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“Ante la presencia de síntomas leves también hay que dar aviso o consultar”, añadió además la experta, quien destacó que “la facilidad de contagio (del coronavirus) es increíble” y pidió “no estigmatizar a pacientes o barrios porque todos estamos expuestos a enfermarnos”.
Por otra parte Juan Ledesma, coordinador del Centro de Operaciones de Emergencia, coincidió en que los aumentos de casos en los barrios no son debido a la flexibilización de la cuarentena, sino porque no se respetan las normas básicas que implica el aislamiento social, preventivo y obligatorio.
En ese mismo sentido, la doctora en bioquímica Natalia Altamirano, que participa en uno de los controles dispuestos para testeos masivos, aseguró que “la situación en muchos barrios periféricos no es muy distinta a lo que pasaba antes de la pandemia”.
Lo expuesto coincide con las quejas que muchos vecinos envían a El Doce sobre la situación en estos sectores de la ciudad, donde en ocasiones no se respeta el distanciamiento social ni se utilizan los métodos de prevención de contagio, como los tapabocas.
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“Los barrios siguen siendo carenciados y hay que trabajar en ellos”, agregó Altamirano, quien mostró su preocupación porque “a veces la flexibilización es mal entendida como una oportunidad para abandonar aislamiento, y no tiene que ser así”.
“No todos tenemos las mismas historias ni la misma formación para enfrentar estas cosas. Hay que seguir educándonos en esta nueva normalidad que tenemos”, explicó para cerrar su idea