Víctor Saldaño es cordobés y tiene 46 años. Pero hace 24 que está preso en una cárcel de Texas, tras el asesinato del comerciante estadounidense Paul Ray King, que cometió junto a un cómplice en 1995.
El otro implicado fue ejecutado algunos meses después. Cuando Saldaño fue detenido, tenía el reloj de la víctima y el arma con que mataron al hombre. Sin embargo, él siempre negó haber sido el asesino y, gracias a una serie de apelaciones, aún sigue con vida.
Este cordobés se encuentra en una cárcel de Houston, Texas, conocida como el “Corredor de la muerte”. Y otra vez su caso se visibilizó porque podría ser ejecutado en noviembre de este año.
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Su madre Lidia Guerrero viajó a verlo la semana pasada y pudo tener contacto con él. “La pena de muerte que le impusieron es muy grave e injusta”, denunció en diálogo con El Doce y cuestionó a la Justicia de EE.UU.
La mujer aseguró que hicieron reclamos ante la Comisión de Derechos Humanos y también le pidieron a la Cancillería argentina que interceda para evitar que se aplique la pena de muerte. “Tengo esperanza de que salga de ahí, y voy a luchar hasta lo último”, reconoció.
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Sin embargo, Lidia reveló que la ejecución parece ser una decisión tomada para la justicia de Texas. “Desde un principio, mi hijo me dijo que el que entra ahí no sale vivo”, admitió con dolor.
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Tras ser rechazadas todas las apelaciones, ahora solo la Corte Suprema de los Estados Unidos podría evitar la condena a muerte, pero sería difícil que lo haga ya que en Texas es legal.
“La muerte es un trauma para él”, contó la madre de Saldaño. Y agregó: “Cuando voy trato de darle esperanza. Él está muy deteriorado. Si sale de ahí no va a poder hacer una vida normal”.