"El poder de las redes sociales", es el título de una extensa historia publicada por el tatuador Juan Pablo Rodríguez en la cuenta de Facebook de su fundación Un tatuaje por una sonrisa. El tatuador solidario había informado en esa red social que habían robado la silla especial de Salvador, un nene con discapacidad.
Su objetivo era que los ladrones se arrepintieran o que donaran una similar. Pero nunca imaginó lo que sucedería. A solo 20 horas de su publicación, una mujer lo llamó por teléfono. "Me da mucha vergüenza lo que te voy a decir, pero al coche lo tengo yo", le confesó a Juan Pablo.
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"Mi hija está por ser mamá por primera vez, vinieron anoche a ofrecerme un coche y como mi hija lo necesitaba le dije que sí sin saber que era robado y mucho menos que era un coche de un nene especial. Estoy muy arrepentida y quiero devolverlo", le dijo Norma, según contó el tatuador en su carta.
Juan Pablo se ofreció a darle a cambio un cochecito para su nieto en camino, pero la mujer se negó. Esa misma tarde, el tatuador se contactó con la mamá de Salvador y fue con un amigo de ella a buscar la silla.
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"Llegamos al lugar y ahí estaba Norma y su hija ya con una panza de ocho meses y pico esperándonos. Bajamos y con lágrimas en los ojos ellas nos abrazaron y nos pidieron perdón una y otra vez", relató Rodríguez. Finalmente, el coche de Salvador fue recuperado.
Acá, la carta completa de Juan Pablo Rodríguez.