El crimen de Pedro Daniel Barrientos, el colectivero asesinado en Virrey del Pino, La Matanza, el pasado 3 de abril, conmocionó al país. A casi dos meses, detuvieron a los principales sospechosos de ser los autores de los disparos en González Catán.
Se trata de dos jóvenes, uno de 21 años identificado como Edgardo Martín Muñoz, y otro de 15, cuya identidad fue reservada por ser menor de edad. La Fiscalía que investiga el caso indagará en las próximas horas al mayor, mientras que el segundo fue remitido a una UFI de responsabilidad juvenil.
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Los sospechosos de asesinar a Barrientos quedaron presos luego de que se realizaran 14 allanamientos en las localidades bonaerenses de Ciudad Evita, Virrey del Pino y González Catán, todas en el partido de La Matanza. Tras 40 días de investigación, la Policía Bonaerense dio con ellos a pocas cuadras del Catán Shopping.
Un auto robado, clave
Por el crimen ya hubo dos personas detenidas que fueron investigadas por el fiscal Gastón Dupláa y que quedaron en libertad. Poco después, el funcionario judicial dejó el expediente que recayó en el fiscal Adrián Arribas y el secretario Facundo Macarrone.
Dupláa había seguido la pista de un auto Fiat que los ladrones usaron para fugarse y que abandonaron a pocas cuadras del lugar del crimen. Arribas siguió esa línea investigativa y descubrió que el vehículo había sido robado a un chofer de aplicación.
Es decir, los dos jóvenes detenidos actualmente les robaron el auto a los ladrones originales que estuvieron presos y fueron liberados. Así fue que la fiscalía llegó a los presuntos asesinos.
Crimen
La trágica muerte de Daniel Barrientos ocurrió en la madrugada del 3 de abril. El chofer conducía la línea 620 de La Matanza cuando quedó en medio de un tiroteo entre ladrones y policías.
Según había contado un compañero de la víctima, los delincuentes se subieron al colectivo y le dispararon en el pecho sin piedad. “Era la primera unidad que salía del barrio y lo estaban esperando en la parada. No eran gente del barrio”, comentó en aquel entonces. Aunque uno de los asesinos resultó herido lograron huir. En el lugar se encontraron siete casquillos de bala y un arma.
Cabe recordar que el asesinato derivó en un reclamo masivo por parte de los choferes para pedir más seguridad. En ese contexto resultó agredido el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. Había recibido un golpe en la cara y debió ser retirado por la Policía de la provincia.