El caso llamó la atención en todo el país en los últimos días. Una maestra de 23 años tuvo un hijo con su alumno de solo 13, pero para la Justicia no se trató de un abuso sexual sino que consideró que todo fue consentido. Por eso, decidió absolverla de cualquier culpa.
Tras varios días de silencio, el muchacho, que hoy tiene 17 años, decidió hablar en una entrevista con Clarín. Lo primero que hizo fue lamentar el fallo y negar que haya estado con la docente por decisión propia. “Haberla conocido me hizo perder una gran etapa de mi infancia. Ella me decía que siempre iba a ser mi nena, que estaríamos juntos. Fue mi primera vez con una mujer. Me volví loco, me enroscó. Fue un infierno", dijo.
"Cuando me explicaba las materias, me hacía caricias en la entrepierna, me hablaba al oído para excitarme", dijo el menor.
Ese "infierno" comenzó cuando su papá contrató a la maestra, Vanina Alexandra Vélez (26 años) para que le dé clases en su casa, ya que el muchacho había sufrido una lesión en el pie. "Cuando me explicaba las materias, me hacía caricias en la entrepierna, me hablaba al oído para excitarme", afirmó el joven padre.
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"Yo no sabía ni cuidarme. A esa edad tendría que haber estado jugando a la pelota con mis amigos. Con 14 años me obligó a darle el apellido a la bebé", denunció el muchacho, que vive en Palmira, una localidad de 40 mil habitantes en Mendoza.
Tras la difusión de su historia, cuatro años después de la primera relación sexual con la maestra, el calvario se renovó: “Me miran, se ríen, me hacen burlas. No quería que se conociera esto”.
Paternidad y dudas
Pese a que reconoce haber tenido sexo con la maestra, el joven duda sobre la paternidad y pedirá en examen de ADN. “Si soy el padre de esa nena, voy a darle todo el cariño que se merece. Pero si no, a ella le voy a hacer pagar todo el daño que me hizo. Me arruinó la vida”.
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Mientras tanto, intenta rehacer su vida estudiando el primario en una escuela nocturna para adultos y se gana la vida vendiendo café junto a su madre frente a un hospital.