La aparición de las redes sociales no ha hecho más que profundizar una conducta que conocemos desde siempre. Ponerle nombre nos permite reconocerla y hacernos cargo. En consecuencia, debemos actuar ante el bullying o ciberbullying.
Hace un lustro, ni siquiera existía el Día Mundial de Lucha contra el Bullying. Pero hoy existe y fue Javier Miglino, experto en asuntos de Derechos Humanos y Protección de la Niñez y fundador de la ONG Bullying Sin Fronteras quien propuso la necesidad de visibilizar el problema. En el 2013 más de 3 mil organizaciones no gubernamentales se pusieron de acuerdo y eligieron recordar la problemática cada dos de mayo.
Hoy, las redes sociales tranformaron en tendencia la condena al #Bullying:
Fue la organización Bullying sin Fronteras la que realizó un estudio en Córdoba para conocer la realidad en nuestra provincia. El estudio abarcó alumnos de nivel primario, padres, docentes y directivos de 98 escuelas primarias públicas de toda la provincia. Unos 1275 alumnos respondieron si alguna vez habían padecido bullying o ciberbullying, lo habían practicado o si habían observado una situación de este tipo. Los resultados alarman.
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“Prácticamente el 80 por ciento de los chicos cordebeses estarían sufriendo las consecuencias del bullying o acoso escolar y el ciberbullying o acoso cibernético”, es lo que asegura Javier Miglino. Según los números, entre siete y ocho chicos por curso de nivel primario de escuelas públicas sufren algún tipo de intimidación en el patio, aulas, camino a casa o a través de las redes sociales. La principal consecuencia de este tipo de conductas, si no pueden controlarse, es la afectación del aprendizaje y el desarrollo del niño. La soledad y el miedo son los mejores aliados para el acoso y es lo primero que se debe combatir.
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Si bien hay muchas definiciones de bullying, hay características sociales que permiten la existencia del acoso que puede ser un ataque verbal, el rechazo social, la intimidación psicológica o incluso la agresión física. Siempre se produce cuando un adolescente descubre que puede hostigar a otro y por eso recibe el festejo o el reconocimiento de sus pares.
La clave está en los adultos. El ejemplo siempre viene de la casa y el diálogo es el mejor antídoto para cualquier problema. Sin embargo, muchos adultos creen que el acoso es algo de chicos y no le dan la importancia necesaria como para hablarlo en familia. Así lo explica Claudia Torcomian, decana de la Facultad de Psicología:
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La principal pregunta para hacerse es cuándo un chiste infantil deja de serlo para transformarse en acoso. La respuesta fue dada por María Zysman, psicopedagoga y directora de Libres de Bullying: "cuando aparece el sufrimiento del otro".
En Córdoba, además de múltiples organizaciones que trabajan para combatir el bullying en las ecuelas, hay instituciones que generan herramientas para acompañar a padres y docentes en temas complejos como el acoso escolar y ciberacoso. Desde la Defensoría de las niñas, niños y adolescentes de la Provincia de Córdoba lanzaron una aplicación que permite no solo utilizar control parental a los celulares de nuestros hijos, sino que además ofrece una guía de ayuda para padres y docentes. Contiene trivias y videos educativos.
Para más información pueden ingresar a ddna.gob.ar