En una noche de furia y descontrol, un reclamo de justicia terminó con violencia. Los vecinos se reunieron en una plaza y luego marcharon a la casa del sospechoso. Estaba la policía custodiando pero no impidieron que la gente descargara la bronca. Arrojaron piedras y luego la quemaron. En el interior ya no había nadie. “Hoy fue Agustín, mañana podés ser vos. No faltes”, decía la consigna para reunir a la gente.
La gente reaccionó indignada. El asesinato del niño de tres años es uno más de la ola de violencia que azota el conurbano bonaerense, que este año se cobró la vida de más de 50 personas. En este caso, los autores son dos chicos. Uno tiene 16 años y está preso. El otro es de 14 y está prófugo.
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El padre de Agustín contó conmovido a los medios. “Me sacaron la plata, se dieron vuelta riéndose, hicieron un par de metros y dispararon. En vez de tirarme a mí, le tiraron a mi nene. Le dispararon por nada”, contó resignado.
El padre es un vigilador privado. Tiene dos hijos y su esposa es ama de casa. Es un trabajador que vive en la villa 1-11-14 del Bajo Flores.