A principios de 2019, una joven cordobesa se mudó a Villa del Carmen, un pueblito de San Luis. Era 19 de abril de ese mismo año cuando viajó hasta Villa La Quebrada a inscribirse para participar de una feria y vender sus trabajos artesanales. Sin embargo, jamás imaginó que nunca más volvería a su casa.
Comenzó a llover con intensidad, por lo que se refugió en un salón de baile. Policías comenzaron a acosarla y la llevaron detenida acusada por un supuesto delito federal: pagar con billetes falsos. La trasladaron a la comisaría y allí, según denunció, tres policías –un jefe de servicio y dos agentes- la violaron y torturaron, según contó en una entrevista a La Nueva Mañana.
“Yo quiero vivir, yo merezco vivir"
“Como yo me quería defender, los pateaba, los mordía, entonces me golpeaba uno y el otro me violaba, y así se iban turnando”, relató la víctima. Y reveló: “Si una mujer policía no entraba al lugar donde me estaban abusando y veía todo, yo estaría muerta, desaparecida, que entrara ella me salvó”.
Días después, la Policía Federal Argentina la trasladó a otra dependencia de la provincia de San Luis. Durante más de 40 días permaneció tras las rejas, hasta que la absolvieron de la causa. Pero aquel día no lo olvidará jamás. Desde entonces, el pánico se apoderó de su cuerpo y sufrió graves consecuencias en su salud. Insistió en que “le armaron una causa policial para llevarla” y someterla sexualmente.
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Un año después de ser violada en grupo, la joven cordobesa se animó a denunciar a los tres policías. Finalmente quedaron detenidos e imputados por delito de abuso sexual gravemente ultrajante y doblemente agravado. El jefe de servicio de la dependencia policial está acusado de ser autor material, mientras que los dos agentes en grado de partícipes necesarios, por brindarle apoyo y cobertura.
"Y quiero vivir para ver que los que me rompieron toda no van a romper a ninguna nunca más"
A tres años del aberrante hecho, hay fecha de juicio: el próximo martes 29 de marzo, los abusadores serán juzgados. “Yo quiero vivir, yo merezco vivir, por eso vengo luchando para que haya justicia, por eso sobreviví, para que los violadores tengan perpetua sin beneficios”, expresó.
Las consecuencias de la violación en grupo
La víctima y sobreviviente del cautiverio recibió un certificado de discapacidad del 95 por ciento, debido a que su útero resultó con múltiples lesiones a causa de la violación y la tortura a la que fue sometida ese 19 de abril de 2019.
Al poco tiempo, le diagnosticaron cáncer de mama. También está bajo tratamiento psicológico y no tiene ingresos fijos. “Me rompieron toda, pero estoy viva y quiero gritar”, manifestó mientras espera que llegue el día del juicio para contar todo lo que sucedió esa noche.
El amor de su familia la mantiene con vida. Pero reveló que “fue terrorífico” lo que le tocó y vivir y “estuvo a dos pasos y a tres de la ruta” para ponerle fin a su vida. “Pero lo logré, estoy viva, lista para hablar y sentarme a decir todo lo que me hicieron. Y quiero vivir para ver que los que me rompieron toda no van a romper a ninguna nunca más”, afirmó.
Atención
Si sos víctima de violencia de género o conocés a alguien que necesite ayuda:
*Línea nacional y gratuita 144, disponible las 24 horas del día durante todo el año
*Mensaje con la palabra "hola" a la línea directa +54 9 11 2771-6463 de WhatsApp a nivel nacional
*En Córdoba: WhatsApp (351 814 1400) y al 0800-888-9898