Carlos estaba durante el mediodía del lunes en su casa de City Bell, Buenos Aires, cuando sonó el timbre. Al abrir, dejó entrar a Nahuel Alejandro Ferraro, que vendía medias y repasadores para sobrevivir y al que habitualmente le compraba para ayudarlo.
Sin embargo, esta vez la intención no era ofrecer productos: con un cuchillo y la ayuda de un cómplice, el joven de 23 años lo amenazó y lo asaltó. "Tocaron el timbre. Fui a atender, era un chico que vendía medias, chucherías, repasadores, venía asiduamente", comenzó a relatar el anciano a FM Cielo.
"Yo lo atendía como si fuera mi nieto. Le daba de comer, le he prestado plata para comprar cosas y que pudiera vender", relató el jubilado.
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"Me agarraron de atrás y me apoyaron el cuchillo en el cuello, exigieron plata. Tenía unos pesitos guardados y se los di, pero querían más. En un momento de descuido, fui al cuarto, este chico me siguió y agarré el revólver. Cuando me di vuelta para encararlo, para pedir una explicación, amagó con tirarme un puntazo y yo disparé el arma", relató sobre el momento más dramático.
Por el impacto de bala, el joven ladrón murió poco después en el hospital. El jubilado afirmó que "está arrepentido" y lamentó el final del muchacho al que ayudaba: "Yo lo atendía como si fuera mi nieto. Le daba de comer, le he prestado plata para comprar cosas y que pudiera vender. Le hablaba para que siguiera por la buena senda, que no se apartara de la ley. Me sentí muy mal".
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Para la Justicia, al menos por el momento, actuó en legítima defensa, por lo que ya está libre. El delincuente abatido tenía seis casas entre 2014 y 2017, pero estaba en libertad.