El mejor amigo de Joaquín Sperani (13) confesó que lo mató con un fierro porque “estaba muy enojado”. Tiene 14 años y estaba alojado en el Complejo Esperanza por decisión del juez Sebastián Moro.
A cuatro meses del crimen, la Justicia de Córdoba ordenó su salida e impuso condiciones, entre ellas, no mudar de su nuevo domicilio sin autorización y tratamiento multimodal psicoterapéutico individual y familiar.
Mariela Flores, mamá del adolescente asesinado en Laboulaye, aseguró en Arriba Córdoba que fue “un baldazo de agua fría” porque no se lo esperaban. Insistió en que está “totalmente” convencida de que puede ser una amenaza para otras personas. “Este chico va a volver a hace lo mismo”, advirtió.
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“Malinterpretaron las pericias. Los jueces entendieron que debe ser restituido a sus padres porque hablan de que él no padece ninguna patología, cuando sabía lo que estaba haciendo. Estamos hablando de una mente asesina”, remarcó.
La mamá de Joaquín insistió en que la Justicia “está tomando decisiones que no son correctas y luego va a lamentar”. “No estamos hablando de un chico que se equivocó y pidió ayuda, sino que se quedó callado, fue a la escuela sabiendo que su amigo estaba agonizando o muerto”, sostuvo.
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Mariela Flores remarcó que el acusado del homicidio “nunca estuvo preso, sino que fue una medida cautelar del juez Moro para proteger su integridad hasta que estuvieran las pericias porque entendió que estaba en peligro su vida”.
En ese sentido, Flores aclaró: “Nosotros en ningún momento tuvimos actitudes agresivas, siempre que hicimos manifestaciones fueron pacíficas”.
Sobre el final, cuestionó que “en ningún momento” los llamaron para informarles qué medida de seguridad les iban a brindar a partir de la salida del Complejo Esperanza del menor. “Nadie se quiere comprometer en nada. Estamos solos”, lamentó.