Las palabras atravesaron toda la sala. Soledad Laciar, la mamá de Valentino Blas Correas (17), les suplicó "un gesto de humanidad" a los 13 policías juzgados por el crimen de su hijo y el encubrimiento posterior.
Al pronunciarse después de los alegatos, Laciar les habló a la cara a los acusados. "Tal vez sería bueno que reflexionen sobre esta última oportunidad", expresó.
"Basta de silencio. Si alguno de ustedes tiene un gesto de humanidad permítannos que tengamos una verdad de la boca de ustedes", lanzó la mamá de la víctima, teniendo en cuenta que los imputados tendrán la posibilidad de una última palabra antes de la sentencia.
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Momentos antes pidió una reducción de pena para Wanda Esquivel, aunque admitió que el planteo le generaba "muchas contradicciones". Se trata de la policía que reconoció haber plantado el arma y permitió descubrir la maniobra de encubrimiento.
En su exposición, Soledad se dirigió en especial a Yamila Martínez, la imputada que llegó al juicio con prisión domiciliaria. "Sos mamá, sos mamá y te parte el corazón no poder llevar a tu hijo al jardín", le indicó.
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"No tiene sentido seguir manteniendo el silencio corporativo porque hace ratos que la misma Policía los abandonó", enfatizó Soledad ante la Cámara Octava del Crimen.
La mamá de Blas sostuvo que más allá del aberrante ataque, los policías sentados en el banquillo "son víctimas de un sistema perverso que les enseñó a matar y mentir".
De esta manera, apuntó a las responsabilidades de autoridades policiales y políticas. "Queremos decirles que esperamos algo más que Justicia para el caso de Blas y sus amigos. Venimos a pedir que estas cosas tan dolorosas no sucedan nunca más", subrayó.
"A Blas no lo mataron una vez, sino muchas veces", expresó Soledad. "La primera vez le dispararon a su cuerpo, la segunda vez le dispararon a su honestidad", sentenció.
Junto con Blas Fernando Correas, padre de la víctima, aseguraron que el caso encuadra dentro de la violencia institucional, citando definiciones de fiscales, organismos internacionales y hasta miembros de la Policía y exautoridades.
"Además de las balas, las mentiras y el abandono, Blas fue víctima de una larga cadena de apañamiento institucionalizado, de una larga cadena de mentiras que se ha repetido a lo largo de este proceso pero también y de manera lamentable se han repetido una y otra vez a lo largo de la historia de la Policía de Córdoba", expuso Laciar.
Lucas Gómez y Javier Alarcón son los acusados de homicidio agravado. Mientras que otros 11 están imputados por el encubrimiento posterior al crimen. Se trata de Sergio González, Jorge Galleguillo, Enzo Quiroga, Walter Soria, Yamila Martínez, Wanda Esquivel, Rodrigo Toloza, Leonardo Martínez, Leandro Quevedo, Ezequiel Vélez y Juan Antonio Gatica.
El juicio llegará a su final el viernes 31 de marzo, cuando les brinden la posibilidad de la última palabra a los acusados. Luego el tribunal pasará a deliberar para dictar la sentencia.
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Contra el sistema
En el inicio de su exposición, Soledad leyó una carta de uno de sus hijos, Juan Pavez. El hermano de Blas señaló que detrás del crimen "armaron un plan maquiavélico, cobarde e indigno de una policía para intentar encubrir todo esto".
"Mientras nosotros buscábamos las respuestas reales de lo que había sucedido, ellos inventaban las respuestas que más les convenían", cuestionó Juan en el texto que su mamá presentó en el cierre del juicio en su condición de querellante.
En la carta, agregó: "Miles de personas se movilizaron, nos apoyaron y bregaron para que esto no vuelva a ocurrir. Con Blas se destapó algo que venía sucediendo hace rato: ejecuciones extrajudiciales las cuales se disfrazaban de enfrentamientos y el pueblo de Córdoba temió y teme de quienes portan las armas".
"Como vieron en el juicio, mientras el pueblo buscaba justicia, nuestro ministro de Seguridad junto con los integrantes del poder negociaban con un auto, miraban hacia otro lado y llamaban a esto un 'pij..'", reprochó en referencia a los encuentros entre Alfonso Mosquera, el exfuncionario Lucas Mezzano y el excomisario Gonzalo Cumplido.
Recordó que al mes del caso de su hermano se repitió la situación con el crimen de Joaquín Paredes en Paso Viejo. "A Blas, a sus amigos, a sus familias y a mi familia nos arruinó la vida el Estado, a nosotros el Estado nos transformó en víctimas y con todo su aparato de poder en ningún momento buscaron que esto se esclarezca o se llegue hasta sus últimas consecuencias", apuntó.
Por último se dirigió a los jueces y al jurado popular: "Ustedes hoy son el Estado, ustedes tienen la oportunidad de decir 'basta', de mostrar que otros poderes se pueden corromper pero que la Justicia va a ser la que le diga no a estos atropellos de libertad".
El pedido del papá
Antes había sido el turno de Blas Fernando Correas, el padre del adolescente asesinado, quien manifestó: "Le arruinaron a la familia de Blascito y la de sus cuatro amigos".
"Todos dejaron morir a mi hijo, se ocuparon de buscar un arma trucha para encubrir, en eso ocuparon su tiempo", lamentó.
Blas (padre) también resaltó que a pesar de todo lo padecido en estos casi tres años, lucharán para que no vuelva a sucecer: "A mi hijo no lo voy a tener más, pero sí luchamos por cambios para que no ocurra más. Ese dolor que hace que todos los días me acueste y me levante con la imagen de mi hijo, esa es la forma en la que estoy con él cada día", reveló.