Ricardo Ibáñez tenía 43 años y era oriundo de Mendoza. Lo conocían porque vendía leña en la zona. Estacionó el vehículo marca Scania al frente de la comisaría y se acostó a dormir.
En alta montaña y con temperaturas bajo cero, Ibañez acostumbraba calentar la cabina con un calefactor a garrafa. Creen que huob una pérdida y un descuido fatal lo que motivó el estallido. El fuego destruyó en cuestión de minutos el camión y se llevó la vida del conductor.
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La fuerte explosión se escuchó alrededor de la una de la madrugada. Las llamas calcinaron el cuerpo del conductor. “Muy lamentable esto. Calculo que hacía mucho frío y poca gente, de modo que no fue detectada en ningún momento la pérdida de gas de la garrafa”, contó Osvaldo Valle, vocero de Gendarmería.