Hace casi tres meses, el 5 de septiembre, Pedro Arancibia se encontraba con la imagen más espantosa que un abuelo puede imaginar. Halló a su nieto tirado en la calle con un disparo en el pecho.
Jonás Zamudio había sido baleado por uno de los tres delincuentes que quisieron robarle su celular. Para extraerle la bala, los médicos del Hospital de Urgencias tuvieron que realizarle una peligrosa operación a corazón abierto ya que el proyectil quedó alojado muy cerca de ese órgano.
“Las 72 horas después de la intervención fueron terribles, interminables”, recordó en Noticiero Doce su abuela Norma.
A pesar del desalentador panorama el milagro ocurrió. Jonás se salvó y hoy está terminando de recuperarse en su hogar, aunque todavía no recibió el alta por parte del cardiólogo y le pidieron que no realice esfuerzos físicos.
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Por esto último, el joven de 18 años aún no puede retomar su trabajo como albañil junto a su abuelo Pedro. Actualmente está en la búsqueda de un empleo con menos riesgo físico para seguir ayudando en su casa.
Una lucha que no se termina
Jonás está acostumbrado a pelearla. Su padre lo abandonó cuando era un bebé y aunque su madre siguió presente, tuvo que dejarlo a cargo de sus abuelos porque no tenía los recursos suficientes para criarlo.
A pesar del difícil panorama nunca bajó los brazos. Terminó el secundario y empezó en la construcción apenas pudo.
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Tampoco se rindió después del ataque. Ahora planea estudiar arquitectura y quiere enfocarse en viviendas sociales que le brinden mayor seguridad a los vecinos de Córdoba.
“Me apasiona la arquitectura, me gustaría que ese fuera mi oficio, hacer las casas de la gente me parece un trabajo muy noble. Pero siento que hay una necesidad de un cambio”, reflexionó.
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La emoción de estar juntos
Norma se emocionó al contar lo que significa para ella que Jonás esté vivo, sano y a salvo. “Es mi bastón”, lo definió y, entre lágrimas, agregó: “Me dolió muchísimo, si les pasa algo a ellos y me arrancan la vida”.
Por su parte, Jonás dijo que su abuela siempre fue su "heroína" y también partió en llanto al hablar de los esfuerzos que hizo por darle una vida digna. “Tuvo la valía de cuidar a sus hijos en tiempos de crisis. Les tengo mucho agradecimiento a ellos por eso”, cerró.