El 21 de abril de 2020, Sara Oyuela fue noticia en todo el país y se ganó el título de "jubilada rebelde". La mujer, que en ese momento tenía 83 años, rompió la cuarentena y se acostó al sol en los bosques de Palermo, en Buenos Aires. Este martes volvió a ser noticia luego de confirmarse su fallecimiento.
Había pasado solo un mes del comienzo de las estrictas restricciones por la pandemia del Covid-19. Las familias de Argentina transitaban esas semanas encerradas en sus casas, pero Sara se cansó y salió al aire libre con su reposera.
“Colaboren conmigo, que soy una vieja que necesita aire y sol. No estoy contagiando a nadie”, se defendió la jubilada cuando llegaron los efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. Le notificaron que estaba incumpliendo la cuarentena y debía volver a su departamento, ubicado sobre Avenida Libertador.
Sara explicó que necesitaba estar al sol unos minutos “por la vitamina D” y aseguró que después se iría. “Déjeme hasta las 15.20, sea bondadoso, no estoy jorobando a nadie”, le pidió a los agentes policiales.
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La Policía insistió y le aseguraron que "no querían llevarla detenida". Incluso le tocaron el timbre a su marido, quien les dijo que “hace 32 años que estamos casados y nunca la pude convencer de nada”.
La mujer cumplió con su palabra y a las 15.20 levantó su reposera amarilla y blanca a rayas y regresó a su hogar. Los efectivos la acompañaron hasta que entró y le labraron el acta: quedó imputada por violar la cuarentena que había impuesto el Gobierno nacional.
"En vez de hacer lo que tiene que hacer (la policía) está vigilando el pasto. Yo me estoy recontra cuidando, lo malo es estar encerrada sin poder respirar, porque no tengo balcón. Hice lo mismo el sábado pasado y lo voy a hacer cuantas veces quiera porque necesito sol y aire", cerró Sara aquella entrevista con TN.