Néstor Moyano (30) murió después de dos meses de luchar por su vida en el Hospital de Urgencias. El 1° de agosto iba en moto junto a Franco Miranda (27) cuando un patrullero de la Policía de Córdoba los atropelló en la esquina de Coquena y Charrúas de barrio Villa 9 de Julio.
El papá expresó su dolor en Arriba Córdoba: "Perdí a mi hijo y quiero que se haga justicia". El lunes a las 16 le avisaron desde el centro de salud que su hijo había fallecido. "Esto es un homicidio", reclamó el papá y pidió agravar la imputación del policía que conducía el móvil.
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La víctima tenía tres hijas, dos de 7 y 5 años y una que había nacido en septiembre y nunca pudo conocer porque estaba internado: "Él la luchó hasta el final".
La hermana recordó que Néstor "entró con varias quebraduras y traumatismo de cráneo". Pero todo empeoró cuando se le hizo "una fisura en el líquido cefalorraquideo". Les daban "una esperanza al principio", pero "le entró una infección y se le hizo una meningitis". A raíz de esto, Néstor "empezó a empeorar y nunca salió".
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La familia de los jóvenes que iban en moto denunciaron que los policías nunca frenaron a asistirlos, que “se fugaron” y “desaparecieron”. Sin embargo, desde las fuerzas de seguridad dieron otra versión del accidente: los agentes “intentaron ayudar” pero los “agredieron con piedras”.
La fiscal Jorgelina Gutiez, a cargo de la investigación, imputó al efectivo que conducía la camioneta Nissan Frontier por lesiones graves culposas, agravadas por la conducción de un vehículo.
Por su parte, la dirección de Control Disciplinario de las Fuerzas de Seguridad abrió un sumario paralelo a la causa penal y decidió que los dos policías que circulaban en el patrullero queden en situación pasiva por seis meses.
+ Foto: Pablo Olivarez / El Doce