Alta Gracia todavía no sale de la conmoción por el violento asesinato y abuso de la odontóloga de 37 años Silvia Maddalena, quien fue encontrada muerta en su consultorio el sábado. Este jueves la policía detuvo al único sospechoso del crímen, Héctor Abel Gómez, un soldador de 24 años que fue señalado por su propia esposa y su familia.
Pero este caso, que tuvo en vilo a la policía durante varios días hasta su detención, presenta un gran interrogante: ¿qué llevó al entorno de este humilde trabajador a apuntarlo como el asesino de Silvia?
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Daniela Abrudsky, periodista de El Doce, tuvo la posibilidad de hablar con ellos, quienes le revelaron cómo se dieron cuenta de un momento a otro lo que estaba pasando. La pareja de Gómez, lo definió como “un padre ejemplar”, muy trabajador y dijo que siempre tuvieron una relación normal de pareja, sin problemas de violencia. Incluso siempre lo consideraron una persona “tranquila”, por lo que nunca imaginaron que estaban conviviendo con un asesino.
La mujer contó como vivió los cinco días que transcurrieron entre que sucedió el crimen hasta que se dio cuenta que su marido era el supuesto asesino. La noche en que falleció Silvia, él llegó más tarde a su casa. Al ser consultado por su esposa, dijo que se había roto el colectivo por lo que había llegado con demoras a la terminal. En su cara tenía una lastimadura, pero se justificó diciendo que se había herido trabajando con la soldadora, una situación habitual en su trabajo por lo que nada de eso le llamó la atención. Todo transcurrió de manera normal, incluso el fin de semana estuvieron vendiendo pastelitos juntos, para juntar unos pesos para llegar a fin de mes.
Según relató la esposa, una mañana estaba limpiando la casa junto a su cuñada, la hermana de Gómez, y por casualidad abrieron un baúl. Era un elemento en desuso, que nunca abrían, pero una confusión con un perro las llevó a hacerlo. En su interior encontraron un pen drive y un celular. Esto sorprendió a las dos mujeres, quienes fueron a una computadora a ver lo que tenían y se asombraron con su contenido. Alí había fotos de la odontóloga. No se dieron cuenta que tenían en sus manos las pertenencias de la mujer fallecida, hasta que vieron su nombre en la foto de un diploma.
Allí acudieron a la policía, que rápidamente ordenó la detención del hombre, que se dio a la fuga y fue captado horas más tarde en Córdoba. Ahora la investigación intenta descubrir que llevó a este trabajador a abusar sexualmente y matar a la odontóloga, con quien, según se sabe, no tendría ningún tipo de relación. Según la esposa, hace un año atrás fueron juntos a una consulta con la profesional por un problema odontológico particular. Pero por el costo del servicio no se lo pudieron hacer. Esa fue su único contacto con Maddalena, o al menos lo que sabe su pareja.