“Ciudadanos colaboren. ¡No pase! Se hunde la calle”. Con ese cartel de cartón hecho a mano, los vecinos advierten a los automovilistas para que no circulen por la calle Corrientes al 3.700, en barrio San Vicente.
El olor nauseabundo se siente desde el fin de semana. Pero ahora la situación empeoró: el árbol de Viviana Ramírez fue el primero en avisar luego de caerse. Es que un caño cloacal se rompió y la calle comenzó a abrirse hasta hundirse por completo.
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“Estaba trabajando la máquina para arreglar el caño y cuando estaban rompiendo la calle se desmoronó todo”, relató la mujer. Frente a su casa, se formó un enorme cráter de aproximadamente un metro y medio. La vivienda está flotando sobre los líquidos cloacales.
Los vecinos están hartos de la situación. No se puede ni respirar. Tampoco caminar. El problema es realmente serio porque todas las viviendas podrían sufrir graves daños. Además, el líquido que corre por la calle va directo al Río Suquía, es decir, sigue contaminándose.
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Reparaciones
El municipio inició los trabajos para solucionar el problema, aunque aclaró que la solución no será inmediata. "Es un hundimiento de la calle producto de que se rompió un caño de cemento que tiene unos 80 años. Esos caños de cemento deben reemplazarse por caños de PVC", detallaron.