Escondidas en una bolsa de nailon, la menor llevaba más de 500 pastillas de éxtasis entre su ropa. Había logrado pasar el primer control pero al llegar al segundo y en una requisa más prolija los guardias se la encontraron adentro de un abrigo.
La madre tiene 40 años de edad. Asistía periódicamente a la cárcel, con la excusa de visitar a su hermana que cumple una larga condena.
Sin embargo, había otro motivo. Una investigación judicial descubrió la maniobra delictiva. En realidad, había armado con su familiar una red de venta de drogas adentro del penal.
La justicia no informó sobre la cantidad de pastillas que ingresaron desde que comenzaron con la actividad ilícita. La mujer quedó detenida y la menor está bajo la custodia de su padre.
Uno caso parecido sorprendió a la opinión pública, hace un tiempo atrás. En Cali, Colombia, una niña de 11 años se tragó 104 cápsulas de cocaína. La detuvieron a punto de subirse a un avión con destino a Europa. La vida de la niña “mula” corrió peligro. Varias le estallaron en el estómago y tuvo que ser operada de urgencias para salvarle la vida.