La sorpresa, la cantidad de atacantes y una víctima solitaria, serían las tres características básicas de una nueva modalidad que presenta cada vez más casos. Uno de los blancos más reiterados son los estudiantes y transeúntes de Nueva Córdoba.
Definición. Los “robos pirañas” son arrebatos en plena calle que manejan la sorpresa, como el factor más importante para que la víctima no sepa cómo reaccionar. Además, la cantidad de atacantes pone en clara desventaja a quien le van a robar. Por lo general, son gente de a pie y el miedo los paraliza.
¿Qué se llevan? Objetos personales como billeteras, celulares, relojes, carteras, ropa, zapatillas y todo lo que una persona lleve encima. En algunos casos, las víctimas quedan casi desnudas.
Modalidad. Después de la neutralización de la víctima, la patota comienza a golpear y despojar de todas sus pertenencias a la persona que termina tirada en la calle y muchas veces, herida. En Buenos Aires, hay cientos de videos de las cámaras de seguridad que han registrado el momento exacto del ataque.

Los atacantes. Según el testimonio de las víctimas, por lo general se trata de personas jóvenes, aunque han hecho referencias a jóvenes de 14 y 15 años hasta adultos de 30. En algunos casos hicieron referencias a grupos de hasta 20 personas. Las autoridades creen que lejos de estar organizados, son delincuentes oportunistas.
Desaparecen. Al tratarse de “bandas” o grupos de personas, la persecución resulta muy compleja. El robo en sí dura muy poco tiempo, apenas unos minutos y luego, cada uno de los atacantes, sale corriendo en distintas direcciones. La policía, sólo puede elegir a cuál de todos perseguir
Recomendaciones. Los especialistas siempre aseguran que sin víctimas, no hay oportunistas. O, por lo menos, podemos minimizar las posibilidades de terminar siendo una víctima más.
Las personas solas y mirando el celular o escuchando música, son los preferidos. Al estar desconectados de la realidad, son un blanco fácil de sorprender. Es muy difícil que puedan reaccionar. Si el celular no es absolutamente necesario, no utilizarlo en la calle.

El horario. Aunque los robos comienzan a darse a cualquier hora del día, por lo general, la madrugada o la salida de bailes y boliches, parece ser el más repetido. En estos casos, evitar volver solos. Cuanto más transitadas sean las calles, mejor. Lo mismo se aplica para las personas que tienen que esperar en una parada de transporte.
Una recomendación más compleja. Conocer en detalle nuestro recorrido. Qué casas están deshabitadas, qué calles son más desoladas, a cuánto me queda la parada de colectivos, dónde puedo pedir ayuda, vive alguien conocido en el barrio, hay policías. Es una manera de saber reaccionar frente a un hecho delictivo.
Aunque la inseguridad es un tema mucho más complejo para resolver, cada uno de manera individual puede tratar de evitar terminar siendo víctima de los “robos pirañas”.
