Rita Iris Neri Suárez terminó la primaria con 84 años en Luque, una pequeña localidad de Córdoba. A su edad, con mucho esfuerzo y dedicación, cumplió una de sus cuentas pendientes más grandes.
Pero el desafío no termina ahí, Iris - como la conocen en el pueblo – ya se inscribió en el secundario para seguir estudiando. Madre de cuatro hijos y abuela de diez nietos, aclaró que siempre le gustó estudiar pero que por una u otra razón, nunca pudo terminar la escuela en su infancia.
El rompesiesta de Seguimos en El Doce viajó hasta esa localidad para descubrir la historia de esta mujer que le sigue poniendo alma y pasión a todo lo que hace. Tres veces a la semana, Iris asistía regularmente al Centro Educativo de Nivel Primario para Adultos (CENPA): “Venía todas las semanas. Siempre me gustó cumplir. Venir a clases me encantaba”.
“Cuando era niña y estaba en el campo, por ciertos motivos no pude estudiar y hace unos años tuve la idea de volver a repetir el primario. Me compré la computadora y aprendí a usarla, siempre me pregunté ‘¿Por qué no?’ Ahora hago transferencias y hasta pago mis servicios”, confesó con una sonrisa.
Claudia Gaido, la directora del colegio Dolores Moyano Díaz y maestra de Iris, además de enseñarle se convirtió en su gran amiga. “Aprendo un montón de cosas. El amor, el cariño y la confianza que depositan en la maestra. Con Rita más que maestra y alumna hemos sido amigas y hemos pasado momentos complicados donde nos hemos apoyado. Los adultos, además de venir aprender, vienen a compartir la vida”, dijo emocionada.
En ese sentido, la docente contó que Rita siempre fue una excelente alumna y muy aplicada: “Hacía todo en borrador y después lo pasaba en limpio porque tenía que estar perfecto. Es muy cumplidora y preocupada por hacer las cosas bien”.
Y reveló que la mujer tiene un cuaderno muy especial donde conecta con su verdadera pasión: la escritura. “Escribe precioso. Tiene un cuaderno de vida donde escribe narraciones e historias. Sus hijos tienen la intención de publicar en algún momento”, precisó la maestra.
Siempre con un nuevo desafío, Iris nunca dice que no y sigue para adelante. En marzo comienza el secundario y su objetivo es terminar la escuela. Otro ejemplo de que la edad no es impedimento para cumplir los sueños y seguir superándose.