El luto invade Río Tercero luego de que cuatro personas murieran en un trágico accidente en la ruta S-253. Dos eran adolescentes que jugaban en la reserva del club Casino, uno era el papá de un jugador y el cuarto, el conductor de la camioneta que los trasladaba desde Despeñaderos a su ciudad.
El último adiós a cada uno de ellos generó tristeza y conmoción entre sus seres queridos. Uriel Barrionuevo, el futbolista de 17 años, fue sepultado pasado el mediodía de este martes. Horas antes su cuerpo pasó por el club que lo vio crecer, donde amigos y familiares se reunieron a dejarle una flor o simplemente fundirse en un abrazo.
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Su papá, Gonzalo Barrionuevo, aseguró que aún está “shockeado y muy dolido”. “Uri era una persona tan sencilla, humilde, de un corazón inmenso”, recordó en Noticiero Doce y siguió: “Amaba mucho la vida, el fútbol, su club, a sus compañeros y a su familia, pero sobre todo a Dios”.
Barrionuevo también reveló que su hijo era el primero en llegar a práctica. “No le importaba el frío o el calor, así era su vida”. Uriel tenía su fiesta de egresados dentro de 15 días y ahora sólo sienten “un gran vacío”, expresó el papá.
Superación
Uriel Barrionuevo tuvo una enfermedad en su piel cuando era niño y también sufrió epilepsia parcial durante casi cinco años. “Las superó a las dos, siempre fue un guerrero”, dijo Gonzalo en medio del dolor.
“En la escuela tenía dificultades a causa de la epilepsia pero nunca se llevó una materia”, contó y aseguró que estaba a punto de egresar del secundario “sin llevarse ni una materia”.
+ GALERÍA: la última despedida a Uriel Barrionuevo:
Con lágrimas en los ojos pidió que a Uriel se lo recuerde “alegre con esa sonrisa que siempre tenía salvo adentro de la cancha donde era un tigre”.
Por último, dejó un importante mensaje para concientizar por la conducción responsable: “Más vale llegar cinco minutos tarde y que no por ganar ese tiempo pasen estas cosas”. “Yo no voy a juzgar a la persona que chocó la trafic, que en una parte fue quien me robó mi vida, porque mi hijo era mi vida”, aseguró.
Y concluyó: “Esa persona también tenía familiares que deben estar como nosotros entonces tomemos conciencia”.
Socorro
Después del partido de la reserva, era el turno de la Primera división. Los futbolistas acostumbraban a quedarse a ver a sus compañeros de la categoría superior pero el domingo decidieron regresar antes.
Mientras transcurría el encuentro, los jugadores empezaron a ver que las personas corrían con nerviosismo. Uno de ellos, Juan Capatto, le pidió al árbitro que frenara el partido porque algo estaba pasando.
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En ese momento les comentaron del accidente y decidieron ir a ayudar. “Estábamos a 3 kilómetros y salimos corriendo a socorrer a nuestro hermanos, son los que siguen de nosotros”, dijo Capatto en referencia a las categorías y agregó: “Llegamos entremedio del humo”.
“Fue horrible, tengo todo grabado en la memoria y me hace mal”, lamentó el joven que recordó ver “humo y chicos golpeados tirados por cualquier lado”. “Lamentablemente adentro de la trafic no se podía hacer más nada por el incendio”, expresó.
Herido
Miqueas Bazán es uno de los futbolistas sobrevivientes de la tragedia. Sufrió una fractura expuesta y fue trasladado al Hospital San Roque de la capital. Desde allí, su papá Sebastián contó que está en buen estado y lúcido.
“Pasó una primera operación en la pierna y estamos esperando la prótesis”, dijo y comentó que le colocarán clavos por lo que volverá a ser operado.
En tanto, reveló que Miqueas “no tiene intenciones de volver a jugar al fútbol”. “Ahora nos toca vivir esto. Está muy consciente desde el momento 0, manifestó algunas cosas, es uno de los que colaboró con sus compañeros”, concluyó Sebastián.