Cada vez son más las fiestas clandestinas que los jóvenes organizan para burlar las normas que rigen durante la pandemia. Siempre son noticia aquellas en las que la policía llega al lugar para desalojar el evento ilegal. Sin embargo, en Tucumán se llevó a cabo una reunión clandestina que fue denunciada por sus vecinos unas 15 veces y los efectivos nunca concurrieron.
La fiesta fue promocionada por Internet durante varias semanas e incluso se conocía el precio de la entrada: 300 pesos para poder ingresar. Días previos a la realización del evento, los vecinos advirtieron el encuentro y se comunicaron con las autoridades.
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Las imágenes difundidas de los boliches en redes sociales permitieron dar cuenta de la falta de cuidado sanitario estos lugares (desde la violación del distanciamiento social hasta el no uso del barbijo). También se pudo observar una cantidad superior a la permitida para los respectivos espacios.