La niña oriunda de la ciudad de Comodoro Rivadavia, Chubut, atraviesa un delicado estado de salud. Ella sufre una extraña enfermedad denominada síndrome de Dravet, como consecuencia de que a los cuatro meses tuvo su primera convulsión y a los seis fue diagnosticada con el Síndrome de West.
Esta última es una encefalopatía –alteración cerebral- epiléptica de la infancia poco frecuente de difícil pronóstico. Aquellos niños con síndrome de Dravet suelen tener consecuencias graves como pobre desarrollo del lenguaje y habilidades motoras, hiperactividad y dificultad para interactuar con otros niños.
Lo que llama la atención, es que el caso reaviva la polémica y la lucha por el uso medicinal de la marihuana. Su mamá, Carola Pedraza, decidió probar tratamientos alternativos, cansada de que su hija sufra y sea como una nena de un año y medio, que no emite sonidos y usa pañales.

“Ella estuvo muchas veces internada grave al borde de la muerte pero continúa grave. Toma 23 pastillas al día para evitas las convulsiones que son en promedio cinco por día”, señaló Carola a El Patagónico.
Argentina, tras el pedido de la mamá de Micaela para que la autoricen a tratarla con aceite de cannabis (marihuana), a través de Anmat, autorizó por primera vez la importación del extracto. Fuentes aseguran que el aceite habría detenido las más de 300 convulsiones de Charlotte Figi, una chica de Estados Unidos.