Dos delincuentes irrumpieron en su casa de Falda del Carmen el viernes a la noche mientras estaba con su hijo, una vecina y la hija de ella. Le reventaron la puerta e ingresaron armados pidiendo dólares. Uno de los ladrones era Guillermo Jorge Inga, el afiliado del Surrbac que trabaja en el Coys.
Gabriela Bazán no entendía qué ocurría hasta que vio a dos hombres encapuchados. “Tirate al piso, tirate al piso y dame la plata”, le exigían, según contó a ElDoce.tv. “Yo les dije que le daba la plata pero que no le hicieran nada a los chicos y los encerraron en un baño”, continuó.
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“Tenía miedo de que me mataran”, expresó aún con miedo y siguió: “Cuando los llevo a mi dormitorio y les entrego una caja me dicen ‘esto no, estamos buscando los dólares’”. La víctima reveló que conocían muchos detalles de su casa y de su familia, como los movimientos que habían hecho en los últimos días. Incluso, nombraron a su esposo por su apodo.
Bazán les negó a los delincuentes tener dólares en su casa. Siguieron revolviendo la vivienda y en un momento, según contó, a Inga se le salió la capucha con la que se tapaba la cara. “Como lo vi me pegó un culatazo y se le cayeron las balas”, relató y sumó: “Se puso a juntarlas y ahí vio que lo reconocí y me empezó a gatillar”.
“Las balas no salieron y yo le pedía que por favor no me mate. El otro vino y me dio un puntapié en la espalda. Me pegaban muchas patadas”, recordó con dolor. La mujer denunció que fue Inga, el trabajador del Surrbac, quien “tenía el arma todo el tiempo”.
Los asaltantes también sabían que el hijo de Bazán tiene una enfermedad crónica y la amenazaron con cortarle los dedos de la mano al niño si no le entregaba los dólares. “Les ofrecí el auto, los televisores para que se vayan y no me peguen más”, expresó.
Como no pudieron conseguir lo que querían, los ladrones la encerraron en el baño con su hijo y la vecina. Para ese momento, los demás vecinos ya estaban afuera esperando a que los delincuentes salieran. Habían sido alertados por la otra mujer que estaba en la casa.
“Les sacaron las llaves de la camioneta y les pegaron”, contó Bazán. El cómplice de Inga logró escapar y esconderse en una casa de la zona. El dueño lo encontró mientras buscaba una linterna para salir a rastrillar la zona.
La Policía llegó al lugar y detuvo a los ladrones. Por las heridas, debieron trasladarlos al Hospital de Alta Gracia. Bazán también fue al mismo centro de salud para recibir curaciones. Horas después, regresó a su casa y salió con su hijo más grande a buscar su celular y su billetera. “Ahí encontramos el arma que la Policía nos decía que no estaba, la billetera de Inga y un celular”, sostuvo.
Trabajador del Surrbac
Consultada por cómo se enteró que el ladrón que le gatilló en la cabeza era trabajador del Surrbac, Bazán dijo que fue por la nota de ElDoce.tv. “Sentí impotencia ¿No les piden un certificado de buena conducta?”, reclamó.
Además, se indignó porque al revisar la billetera de Inga vio que tenía obra social y lamentó no poder tener a su hijo con discapacidad afiliado a una. “Nada cubre su tratamiento y este hijo de puta tiene mutual”, expresó.
Cabe recordar que Inga está imputado por robo calificado por el uso de armas y violación de domicilio y permanece preso en Bouwer.