Uno de los sectores más golpeados por la crisis sanitaria es el mundo del espectáculo. El 12 de marzo se suspendieron los eventos públicos en todo el país y todo indica que, aunque la cuarentena se vaya flexibilizando, este sería el sector que más costará reactivar.
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El problema tiene varias dimensiones a tener en cuenta, que va desde los empresarios, que todavía no ven un horizonte para el regreso de los bailes y la reactivación del negocio, hasta los pequeños trabajadores: músicos, empleados de locales bailables, bufet, técnicos, boleteros, fotógrafos, community mánagers, asistentes, plomos y demás, que cada vez se les hace más dificil llevar un plato a la mesa de sus familias.
El problema de los costos
En los locales bailables, la actividad está totalmente paralizada, aunque los costos siguen corriendo. En un establecimiento como la Sala del Rey, con capacidad para unas 2300 personas, dependiendo del tipo de evento, trabajan por noche unas 35 personas, y más de la mitad son eventuales (no incluye personal policial, proveedores de bebida, sonido, ni staff de bandas).
"Está complicado porque no tenemos un horizonte, hasta ahora son todas pálidas", afirma Luciano Pigliacampo, gerente del local de Humberto 1º.
A los gastos de personal (sueldos, aportes patronales, etc), se le suman boletas de luz, agua, alquileres, impuestos provinciales, municipales y habilitaciones. Sobre este punto, agrega que en su caso perdieron por causa de fuerza mayor el costo de los permisos municipales que ya se habían gestionado para los eventos de estos meses.
“Nosotros por el momento la peleamos porque no pagamos alguiler, pero hay colegas que estan evaluando la posibilidad de cerrar las persianas, se hacen insostenibles los costos”, sostiene.
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En estos días se está conformando una cámara que agruparía a todos los sectores del espectáculo de Córdoba, y algunos dueños de salones de cuarteto se unirían para agrupar fuerzas. Trabajan en conjunto con los espectáculos teatrales y la Cámara de Salones. El objetivo es conseguir algún tipo de ayuda del Gobierno, más allá de los programas nacionales.
"Hay que ser realistas, esto no va a volver por algunos meses y como están las cosas se torna difícil seguir", explica el gerente de la Sala.
El cuarteto, un tema aparte
Desde un sector, no ven con buenos ojos que se trate el tema de todos los espectáculos por igual, y buscarían un tratamiento específico con la industria del cuarteto. "Es algo que tiene una particularidad única y hay que discutirla en Córdoba", afirma Marcelo Ludueña, organizador de bailes en Margarita y la Sociedad Belgrano.
Si bien se entiende que la prioridad del gobierno hoy es atender la salud, piden que las autoridades los reciban lo antes posible. "El tema no pasa por volver ya, pero necesitamos rápidamente que el Gobernador y el Intendente nos reciban", continúa. Afirma que las empresas no tienen la estructura para seguir aguantando por mucho tiempo más esta situación, especialmente porque no saben hasta cuándo durará: "Nadie nos puede decir cuándo va a haber un show de cuarteto en Córdoba", enfatiza el productor.
"Al principio pensamos que esto iba a ser un mes o dos, pero el panorama se complicó y tenemos mucha gente atrás que la está pasando mal", explica Maximiliano Allende, representante de bandas como La Fiesta, Daniel Guardia, Banda Mix, Claudio Toledo, entre otras. Para él, el gobierno debe conformar una comisión y "armar un plan" que abarque a todas las bandas y espacios. "No vamos a pedir locuras, entendemos lo que está pasando, solo queremos que nos tiendan una mano", explica, enfatizando que hay que ser prudentes y "no tirar fechas".
El último eslabón
Como es de esperar, en este rubro también los más perjudicados son los más chicos. Las bandas se manejan con distintos sistemas. Por ejemplo, La Mona Jiménez tiene un staff fijo de 45 personas, entre asistentes y músicos, que cobran un sueldo con antigüedad por mes, independientemente de la cantidad de bailes que realicen.
Sin embargo, esta estructura no se repite en todos los grupos. Algunos tienen a sus empleados en blanco, pero jornalizados, es decir que cuentan con aportes sociales y seguridad médica pero si no hay bailes, no cobran.
"En nuestro caso, nos llamaron mis jefes y nos preguntaron si nos hacía falta algo y que nos podían ayudar con mercadería. Yo por suerte conseguí trabajar mientras tanto atendiendo un negocio, pero algunos compañeros aceptaron la ayuda", cuenta Nicolás, quien trabaja como asistente en la banda de Jean Carlos.
En change.org (plataforma que facilita la junta de firmas para lograr un objetivo), creó la petición "Ayuda para asistentes y staff de Escenario en Córdoba Capital" para que el Gobierno y la Municipalidad los reciba. "Es un pedido de auxilio, lo más seguro es que hasta el año que viene no se habiliten los espetáculos y lamentablemente la mayoría vive de esto". Hasta la fecha lleva juntadas unas 100 firmas, se puede colaborar haciendo click acá.
En otros casos, se manejan a través del sistema de monotributo, por lo que la situación se hace aún más complicada.
En las redes sociales se están organizando otras movidas que intentan paliar la crisis, como el pedido de adelanto del cobro por los derechos de intérpretes, que significa cobrar lo antes posible el pago por lo recaudado por AADI (Asociación Argentina de Intérpretes) en el segundo semestre de 2019.
Muchos de los músicos y asistentes cuentan con un segundo trabajo o algo que les de ingresos, ya que no todos alcanzan a "vivir de la música". Pero en bandas más populares, las que hacen cuatro shows semanales o más, la situación es más complicada porque no tienen tiempo de tener otra actividad y este parate obligatorio los afecta.
De igual manera pasa con los plomos, como comúnmente se llama a los que arman y desarman escenarios, operadores de sonido, luces y pantallas y todos quienes trabajan en el detrás de escena de cada show. En las redes sociales publicaron un video en el que explican que la situación para ellos es crítica y piden que no los dejen solos.
Entendiendo que la crisis sanitaria hoy es la prioridad de todos y que la salud es materia primordial frente a la economía, la preocupación por el regreso de los espectáculos ya está ocupando la agenda de los gobiernos. Acá, el cuarteto mueve unos 30 mil bailarines por fin de semana solamente en Córdoba y esta paralización afecta a más de 200 familias por baile. Desde los más chicos hasta los más grandes, todos insisten en que serán "los últimos en arrancar" y mientras tanto, hay que ir pensando en soluciones para que la cadena no se rompa.