Hablar del Potro Rodrigo siempre trae un aluvión de recuerdos a la escena cuartetera. Su aura musical seguirá presente por los siglos de los siglos, por lo que no sorprende que, más de 20 años después de su muerte, la cultura popular lo tenga grabado a fuego.
Tal es así, que cuando su hijo Ramiro aparece en escena, quienes están junto a él parecieran haber visto un fantasma. Es que es tal la similitud física del joven con su padre, que muchos tardan un tiempo en asimilar que no es el Potro a quien están viendo.
Algo así parece haberle pasado a Mariano Iúdica en su programa La noche del domingo, ya que estuvo un largo tiempo mirándolo, como esperando que el legendario cantante se personificara en el estudio.
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Después de algunos minutos de recordar anécdotas con su padre, el animador le preguntó a Ramiro sobre sus proyectos personales. El joven contó que está cursando la Licenciatura en Comunicación Audiovisual y que está trabajando en el Ministerio de Educación de la ciudad de Buenos Aires.
Además, hizo énfasis en su faceta musical, alejada del cuarteto. “Lamentablemente, soy yo. Puro hip hop. Siempre quise hacer la mía, hacer mis cosas. Muy autogestionado”, se autodefinió. Y agregó: “Yo estoy en constante crecimiento, sé que para mí es un camino y estoy arrancando. Hace tres años recién que me dedico a la música junto con mi laburo y con el estudio”.
Finalmente, Iúdica le preguntó al hijo de Rodrigo cuál era la canción de su padre que más le gustaba, a lo que el también recibido de periodista deportivo respondió: "La novia de Dios, en primer lugar, y de los más populares Lo mejor del amor, Fuego y pasión, Qué ironía". Y aprovechó para entonar algunos extractos de esos himnos cuarteteros. Un viaje al pasado de primer nivel.