La ciudad está superpoblada. Ya no quedan espacios libres entre las edificaciones, las calles y las montañas. Allí viven 30 millones de personas y la demanda del transporte público es cada vez más alta.
Los ingenieros convocados para resolver este verdadero desafío encontraron soluciones un tanto descabelladas. Para llevarlo a cabo, reunieron a los propietarios de los departamentos de varios pisos por donde pretendían hacer pasar los monorieles.
La idea rápidamente se concretó. A los que vivían en el sexto y noveno piso los expropiaron. Al resto, les garantizaron que no habría ni ruidos molestos, ni movimientos dentro de la estructura.
Fieles a su estilo, los chinos resolvieron el problema y la obra de ingeniería sorprendió al mundo.
Mirá cómo solucionaron este problema. VIDEO