Un impresionante incendio se desató en una granja de Wiltshire, Inglaterra, en febrero pasado. La dueña, Rachel Rivers, desesperada llamó a los bomberos que acudieron rápidamente.
En total ardieron 60 toneladas de fardo y las llamas pusieron en riesgo los cerdos que estaban guardados en el establo. Afortunadamente los rescataron en tiempo y forma, salvando a 18 lechones y dos cerdas.
Los bomberos se convirtieron en verdaderos héroes y evitaron que los animales tuvieran una muerte cruel. Sin embargo, seis meses más tarde, la dueña de la granja decidió entregárselos a los bomberos, a modo de agradecimiento, aunque convertidos en salchichas.
Sin dudarlo, los hombres los pusieron directo a la parrilla y compartieron las fotos a las redes sociales. Los usuarios estallaron en furia: los trataron de insensibles y hasta de poco profesionales.
Rivers defendió a los bomberos y aseguró que la granja es su forma de ganarse la vida: "Les di a esos animales la mejor calidad de vida que pude darles, antes de que llegara el momento de que fueran al matadero y de que entraran a la cadena alimenticia".