Si va a viajar a Londres, sea precavido. Aunque baje la ventanilla del auto para preguntar: "¡Hey mister!... ¿sabe dónde queda el estadio del Manchester?" y consiga llegar a destino sin hablar inglés, desde diciembre, no se podrá manejar el auto sin saber programar un GPS.
Como la maniobra que hace el conductor cuando el semáforo pasa de rojo a verde, la Agencia de Conducción y Estándares de Vehículos del Reino Unido (DVSA), también soltó el freno y aceleró. Pues, la institución reguladora del tránsito, no sólo cambió prohibido por permitido. En breve, será obligatorio saber usar y programar el dispositivo de geolocalización dentro del auto.
Antes de peinarse para la foto del carné, se debe aprobar los siguientes requisitos: colocar el "nomenclador parlante" en una superficie antideslizante; buscar sin errores la dirección deseada; "seguir las instrucciones de navegación por satélite y conducir a un espacio de estacionamiento".
La nueva normativa no es caprichosa. Hoy la mitad de los ingleses manejan con el GPS encendido y un 71 por ciento de los conductores están de acuerdo con esta iniciativa, que además fue aprobada en consulta pública.
El uso de este sistema de navegación es polémico en casi todo el mundo. Para algunos, puede generar distracciones y accidentes. Con mucho pragmatismo, la medida se justifica desde Gran Bretaña, porque si el GPS se usaba aún cuando no se exigía, entonces será mejor usarlo correctamente que hacerlo mal.