La ciudad de Augsburgo, en el sur de Alemania, es la segunda en sumarse al proyecto de incorporar semáforos especiales en el suelo en algunos cruces de tranvía.
La idea es lograr llamar la atención de los peatones que concentrados en las pantallas de sus teléfonos, no prestan atención al tráfico y evitar así accidentes graves e incluso mortales.
El sistema ha sido incorporado por el momento en dos paradas de tranvía utilizadas principalmente por escolares y universitarios.
Las luces rojas comienzan a parpadear en el momento en que se acerca un tranvía y el semáforo para los peatones se pone en rojo.
Estos novedosos semáforos están destinados para la conocida generación "cabeza abajo" (head-down generation) por eso las luces LED instaladas en el suelo.