Oreste Berta venía acumulando pergaminos desde fines de los años ´60: director del equipo de IKA en el Turismo Carretera (4 veces campeón, 1 subcampeonato) y director técnico de la Misión Argentina que participó de las míticas 84 horas de Nürburgring con los Torinos 380W en 1969, con el equipo que tenía al frente a Juan Manuel Fangio.
En 1973 un auto de Berta se consagró campeón en la categoría (ya desaparecida) F1 Mecánica Argentina. Al año siguiente, Berta ya había conseguido llegar a una categoría estadounidense, la Fórmula 5000, de la mano del millonario argentino Francisco Mir. Pero la sociedad no resultó como se esperaba y el constructor hasta tuvo que pelear para recuperar el vehículo.
De vuelta en la Argentina junto a su piloto, Néstor “Nene” García Veiga, “El Mago” empezó a soñar con incorporar el vehículo a la grilla de partida de los grandes premios de la Fórmula 1 internacional de la Argentina y de Brasil, los que habrían la temporada del circo máximo del automovilismo. Quería demostrarle al mundo lo que se podía hacer desde acá.
Así nació el Berta LR F1, LR era un homenaje al diario La Razón cuyo dueño, Patricio Peralta Ramos, había apoyado la construcción de un coche para el mundial de sport prototipos. Al auto que había participado en EEUU debieron hacerles numerosas adaptaciones para ajustarlo al reglamento de la Fórmula 1: llevar el motor a 3 litros, hacerle cambios en la suspensión, nuevas ruedas...
+ VIDEO: El recuerdo del Fórmula 1 de Oreste Berta:
Fue en ese momento, a mediados de diciembre de 1974, que Berta -junto a García Veiga- le presentó en Alta Gracia el auto al periodista de El Doce Marcos Marchini. Era un momento de grandes sueños.
Todo marchaba bien, pero la adaptación del motor tuvo algunos contratiempos y el dinero no alcanzaba. Ya en los primeros meses de 1975 en los ensayos en el autódromo de Buenos Aires se rompieron varios motores en las pruebas y a Berta le pareció muy arriesgado aceptar la propuesta de sus amigos brasileños, los hermanos Fittipaldi, para usar uno de sus motores Cosworth (uno de los más exitosos y probados en ese momento) con el compromiso de devolvérselo en funcionando. No tenía dinero para reemplazarlo si se rompía. Aunque apareció un padrino en los últimos días, ya era tarde para llegar a tiempo.
Consultado por Infobae hace pocos meses, García Veiga dijo que “se perdió una gran oportunidad porque Oreste está catalogado en el mundo como uno de los preparadores de auto de carrera de élite. Es difícil encontrar a alguien que entienda de chasis, de compuestos de gomas, de suspensión… en ese momento tenía 29 años y estuve a punto de poder correr un Gran Premio de F1 delante de mi gente y con un equipo y auto argentinos. Fue todo muy emocionante”.
+ MIRÁ MÁS: Todos Los Tesoros del Archivo de El Doce
El año pasado, en una charla de la que participó Berta en la UTN (doctor honoris causa de esa casa de estudios) aseguró “he logrado las cosas que me propuse hacer, y las pocas que no he logrado, encontré la forma de olvidarlas y comprenderlas. Una locura mía fue hacer un auto de Fórmula 1 para ir a correrlo a Europa. No lo pude hacer. Cuando me di cuenta que no era posible, logré sacarme eso de la cabeza en poco tiempo”.
Tras la decepción del proyecto de la Fórmula 1, en la Fortaleza de Alta Gracia -como se conoce a la sede de la empresa Oreste Berta SA, sobre la ruta 5- ya se estaba trabajando en un proyecto diferente.
Tal vez lo cerca que se estuvo en aquellos años de llegar a un auto de Fórmula 1 producido en el país y lo lejos que estamos hoy, donde ni siquiera los pilotos pueden acceder a una butaca en la máxima categoría, sea representativo de dónde estaba y dónde se encuentra hoy el país en el contexto mundial.
Aquel prototipo de Berta que estuvo a un paso de enfrentar en la pista a figuras como Andretti, Lauda o el mismo Reutemann, pasó por muchas manos pero se mantuvo en contacto con especialistas que sabían del valor simbólico del aparato. Hoy está en manos de los hijos de Oreste Berta, encargados de su restauración para el coleccionista Eduardo Dauria. Justamente en la Fortaleza se prepara -con las demoras obligadas por la pandemia- un museo con autos históricos del preparador. En esa fábrica de sueños, otro sueño está comenzando.
El Doce tiene un valioso archivo audiovisual con imágenes desde el año 1965. Si querés consultar por imágenes, escribinos al Whatsapp al 549351 2191212 o al mail archivoC12@artear.com