"Fue un verdadero milagro" nos dice Betsabé Castelli, todavía conmocionada pero agradecida por el resultado del accidente que sufrió junto a su familia en la ruta provincial 34, más conocida como el Camino de las Altas Cumbres.
Todo ocurrió en la noche del domingo cuando la mujer volvía, junto a su marido Claudio Arroyo y su hijo Mirko, en un Volkswagen Bora desde Nono hacia Córdoba después de disfrutar de un hermoso fin de semana en Traslasierra.
Alrededor de las 20.30, se desató una fuerte tormenta de lluvia y granizo que hizo casi imposible la visión de la ruta. El conductor perdió el control del auto, que se cruzó de carril y comenzó a dar trompos hasta caer por el precipicio y quedar tumbado en plena montaña.
El accidente ocurrió a la altura del kilómetro 52. El vehículo sufrió graves daños pero los tres integrantes de la familia salieron por sus propios medios, casi sin lastimaduras. "Algunas personas nos ayudaron a enderezar el auto", señaló Betsabé.
Otra familia amiga, que había viajado con ellos, regresó a buscarlos y los trajo a Córdoba. El vehículo todavía permanece en la montaña y sus dueños están viendo como retirarlo a través de su compañía de seguros.