Agua caliente, dos saquitos de té común y tres criollos: 830 pesos. Eso le cobraron el jueves 28 de julio a un cordobés en una reconocida cadena de panaderías de la ciudad. Y en ese sentido, el debate volvió a las redes ¿Es razonable? ¿Es caro? ¿Es barato? ¿Cuál es el precio?
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Lo cierto es que tras la renuncia del exministro Martín Guzmán, la suba del dólar y la inestabilidad en los mercados locales provocaron una nueva suba generalizada de los precios. La última medición de la inflación en Argentina es de junio y fue del 5,3 por ciento y para julio, los analistas ya pronostican un piso del 8 por ciento.
Los especialistas del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) incrementaron en 3,4 puntos porcentuales su pronóstico, y aseguraron que la inflación cerrará el 2022 en torno al 76 por ciento.
Una nota de Infobae reveló que la Argentina escaló al primer puesto en el mundo en la tasa de aceleración de los precios al consumidor. El ritmo de aumento generalizado de los precios en la economía argentina parece no terminar. Son datos del nivel de los precios que mide el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) cada mes.
Sin embargo, la falta de precios de referencias es lo que genera confusión y debate en la gente. ¿Es barato? ¿Es caro? ¿Es razonable dos té y tres criollos a 830 pesos?
En lo que va del 2022, la suba generalizada de los precios acumuló un 36,2 por ciento y se espera que ese número crezca y crezca mes a mes.