"Criatura, soy el hombre que fue a pedirte agua. No te imaginás cómo me hizo poner bien dura mi p...", dice una de las cartas que empezó a viralizarse en las últimas horas entre vecinos de barrio Las Rosas y escuelas de la zona.
El papel quedó en el buzón de la casa de una alumna de 11 años. Las palabras que usó son irreproducibles por el alto contenido sexual y explícito. La mamá de la nena ya denunció al pedófilo y alertó a la gente del barrio, donde se encuentran algunos colegios.
En diálogo con ElDoce.tv, la mujer relató que todo arrancó la semana pasada, cuando este hombre tocó el timbre de su casa y le ofreció barrer la vereda. "Le dije que no las dos veces", recordó.
Este martes, el degenerado volvió a aparecer por el domicilio. "Estaban mi hija y la empleada del lado de adentro de las rejas. Pidió un vaso de agua y mi hija se lo alcanzó", explicó Érica. A la hora llegó de trabajar y encontró la desagradable carta en el buzón.
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Al ingresar a su hogar, su hija le contó que efectivamente le había dado un vaso de agua a una persona que justo pasó caminando. El padre de la nena fue hasta el puente Zípoli y le informó la situación a la Policía. Le indicaron que debía hacer la denuncia en el Polo de la Mujer.
Al otro día, el miércoles, desde una escuela del barrio llamaron a Érica y le avisaron que tenían agarrado al pedófilo. Fue a identificarlo y era él. Junto a la Policía se dirigió al Polo de la Mujer y radicó la denuncia correspondiente. "Como cuando lo agarraron no había denuncia hecha, lo dejaron libre", explicó.
Pero la secuencia no terminó ahí. El acosador dejó una segunda carta en la casa avisando que no tenía miedo "de ir preso" y volvió a reproducir un asqueroso mensaje. Como si fuera poco, rayó una de las paredes de la vivienda con una amenaza a la menor.
"Yo seguía en el Polo y me llegó la foto de la pared que me mandó mi empleada. Eso fue considerado amenaza, pero no había delito porque mi hija no estaba violada ni había sido manoseada", siguió su relato Érica.
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Con miedo por la situación, afirmó que volvió a su casa y "se encerró" con su hija. "¿Qué más podía hacer?", admitió. Aquella advertencia que envió a vecinos y escuelas del barrio tomaron una fuerte repercusión en otros sectores de la ciudad.
Este viernes la Policía se comunicó con la mujer y le aseguró que habían cambiado la carátula de la causa. Como fue considerado el delito, "tienen orden de encontrarlo y apresarlo", relató.
"Me pusieron guardia policial en la puerta de mi casa y para los movimientos de mi hija. Ella pasa de casa a la escuela y de la escuela a casa, ahí se terminó el círculo", cerró Érica, muy preocupada.