Elsa Cortez es la dueña y única trabajadora del comedor solidario ubicado en Bajo Pueyrredón, uno de los barrios más golpeados por la pobreza, a las afueras de la ciudad de Córdoba. En ese lugar, la mujer le da alimento a más de 150 chicos y chicas que no tienen los recursos necesarios para tener al menos tres comidas al día.
Con mucha fuerza y sin perder las esperanzas, Elsa toca una campana que está en el frente del comedor para avisarle a todos los pequeños que tiene la comida lista para ellos, ya sea el almuerzo o la merienda. "Tocar la campana es una sobredosis de emoción increíble", describió la protagonista en diálogo con Telenoche.
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En ese lugar, les brindan alimento para el almuerzo los días lunes, miércoles y viernes, y las meriendas son diarias y casi nunca faltan. Pero pese a ser solo un comedor, también ayudan a los pequeños con su recreación y realizan otras actividades. "A veces los hacemos jugar al fútbol y hasta una vez los llevamos a pescar", destacó Elsa.
Junto a ella trabaja y colabora Juan Pablo Rodríguez, integrante de la fundación "Un tatuaje por una sonrisa", quien elogió a la dueña del comedor en reiteradas oportunidades: "Elsa tiene un corazón y unas fuerzas enormes, saca de donde no tiene para ayudar a estos chicos".
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Por último, la mujer expresó cuál es su objetivo en medio de toda su ayuda: "Yo solo quiero que los chicos y chicas que vienen acá sean felices, igual que los otros chicos que tienen más recursos. Yo tengo un gran amor para estos chicos y para este barrio que es tan hermoso".