Santiago López regresó al Instituto Padre Francisco Azkúnaga de Las Perdices, al sur de Córdoba, el lunes cuando terminaron las vacaciones de invierno, y recibió una gran sorpresa de parte de sus compañeros.
Los alumnos de cuarto año de la institución cerraron un trato con una empresa de viajes de egresados para ir a Bariloche en 2025. Pero Santi, como lo llaman sus amigos, era el único que no iba a disfrutar del fin de curso porque su familia no podía pagarlo.
Por eso, los estudiantes y sus padres decidieron ¡regalarle el viaje a la ciudad de los egresados! Después de formar y saludar a las autoridades, los chicos fueron al aula y allí irrumpió la directora junto a la mamá de un alumno.
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“Empezó a hablar de que tenían algo para decirnos, que había pasado algo y que querían informarlo”, contó el adolescente de 17 años a ElDoce.tv y confesó: “Pensé que era había pasado algún problema, que había hecho algo sin saber o que me echaron la culpa de algo”.
Muy por el contrario, los compañeros le entregaron a Santi una valija que adentro tenía una carta y un boleto. “Estamos muy seguros de que esta carta te sorprenderá muchísimo. Desde hace unos meses venimos charlando y escuchando sobre un sueño que tenemos juntos. Sin embargo, hay muchas razones que te lo impiden”, se leía en el mensaje.
“Este es el momento de dejar todos esos motivos atrás y que comiences a pensar cómo armar tu valija para el año 2025, ya que a partir de este momento tienes fecha y lugar para viajar con nosotros, la promo 25 a la ciudad de San Carlos de Bariloche”, concluía con la firma de todo cuarto año del Instituto Azkúnaga.
Santi no pudo contener la emoción y se fundió en un abrazo con sus amigos. “Le agradecí a los compañeros, a los padres y cuando llegué a mi casa, a mi mamá”, recordó el adolescente.
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El joven quiso dejar un mensaje para los chicos “que están en la misma situación”: “Que no dejen la escuela, que tomen los consejos que le dan sus padres porque ellos están más avanzados que nosotros, ya saben y pasaron por eso”. “Que luchen, que siempre llegan los buenos momentos”, expresó.
Historia
Santi tiene 17 años y vive con su mamá, Tamara, su hermano Patricio y su padrastro. En sus tiempos libres se junta con amigos y juega al fútbol. Pero también corta el pasto y hace trabajos de albañilería con el marido de su madre para ayudar en la economía de la familia.
La mujer relató a este medio que fue a la reunión del viaje de estudio y cuando le dijeron el monto a pagar, supo que no podría hacerlo. “Volví a mi casa y le dije a Santi que era imposible de pagar. Yo soy ama de casa y mi marido es albañil, hay meses que tiene más trabajo que otros”, explicó.
Y continuó: “Le dije ‘hijo, va a ser más que imposible comprometerme’ y él sin ningún drama nos entendió”. La semana pasada una madre del colegio se comunicó con Tamara y le dio la noticia, que para la mujer significó “una felicidad inmensa”.
La familia de Santi hace mucho esfuerzo para darles educación y una buena calidad de vida, pero tienen una herida que quizás nunca se cerrará. En 2012, Lautaro, el hijo más chico de Tamara, murió de leucemia.
“Los mellis (por Santi y su hermano Exequiel, que vive con su papá en Rosario) tenían cinco años y yo estaba embarazada de Patricio, mi hijo menor”, recordó entre lágrimas la mujer. El pequeño de un año tenía “una leucemia fulminante”, según dijo Tamara y sumó: “Falleció al otro día que lo llevamos al médico”.