Los pasajeros del vuelo TK204 de Turkish Airlines fueron testigos de una insólita tragedia. Los viajeros despegaron el martes a la tarde desde Seattle, con el fin de aterrizar en Estambul pero no lograron llegar a su destino.
El capitán de la aeronave, un hombre de 59 años llamado İlçehin Pehlivan, se descompensó y murió dentro de la cabina de mando. En el momento del deceso el piloto se encontraba manejando el avión sobre Canadá.
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Según explicó Yahya Ustun, portavoz de la aerolínea, los tripulantes actuaron con rapidez al percatarse de lo que ocurría. En primera instancia hicieron diversas maniobras de reanimación cardiopulmonar a su compañero. Al ver que el capitán no reaccionaba, el copiloto tomó el mando de la aeronave y con un brusco giro decidió emprender el camino de regreso para realizar un aterrizaje de emergencia.
El avión tocó tierra en Nueva York. Allí profesionales de la salud se encargaron de la situación. A pesar de sus esfuerzos sólo pudieron constatar el deceso del piloto.
Desde la aerolínea especificaron que Pehlivan se había sometido a una serie de chequeos médicos recientemente. Ninguno de los estudios previos arrojó indicios sobre algún tipo de enfermedad.