La comunidad científica no sale de su asombro por el hallazgo de un hongo parásito, identificado como Gibellula attenboroughii, que infecta a las arañas, manipula sus comportamientos y las lleva a la muerte.
El fascinante fenómeno se registró en una cueva del almacén de pólvora abandonado de Castle Espie, en Irlanda del Norte, por un equipo de filmación de la BBC, de acuerdo a The New York Times. Una araña estaba cubierta de un extraño hongo blanco y llamó la atención.
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El doctor Harry Evans, investigador del CAB International, analizó las imágenes capturadas y pidió muestras para su posterior estudio. Asimismo, un explorador de cuevas llamado Tim Fogg se comunicó con el científico y confirmaron que se trataba de una nueva especie con un comportamiento inédito y escalofriante.

Así, el hongo Gibellula attenboroughii, nombrado en honor al naturalista David Attenborough, infecta a las arañas mediante esporas que se transmiten por el aire. Estas penetran el exoesqueleto de los insectos y se multiplican en su interior, tomando control del sistema nervioso. A partir de allí, obliga a los arácnidos a abandonar su red hacia áreas abiertas, en donde muere, de acuerdo a las conclusiones de un estudio publicado en la revista Fungal Systematics and Evolution.
Este comportamiento tiene como objetivo propagar la dispersión de esporas del hongo a través de las corrientes de aire, para encontrar así nuevos huéspedes.
A pesar de lo inquietante que parece este fenómeno, no representa ningún riesgo para humanos ni otros animales debido a que su acción es exclusiva para las arañas. De hecho, este tipo de hongos pueden ser agentes importantes en el equilibrio de los ecosistemas. Según el doctor Joao Araújo, coautor del estudio en cuestión, las interacciones entre hongos y arácnidos podrían ayudar a regular las poblaciones de insectos y mantener la estabilidad de los bosques.