Itzamara nació a la semana 37 y 24 horas después fue sometida a una cesárea. Su caso se convirtió en un fenómeno único en el mundo y que causó estupor en los profesionales de la salud en Barranquilla, Colombia.
Mónica Vega estaba embarazada de su tercera hija. A los siete meses de gestación, le realizaron una ecografía en la que descubrieron que su beba presentaba algo extraño en el abdomen.
Los médicos quedaron perplejos al descubrir que se trataba de una rara alteración en el desarrollo embrionario llamado fetus in fetu, conocido también como gemelo parásito.
La realidad es que estaba gestando un feto más pequeño con su propio cordón umbilical y rodeado de líquido amniótico. De acuerdo a la explicación de los especialistas en un programa colombiano, este fenómeno se da cuando las células que van a conformar a los hermanos gemelos no se dividen en el momento adecuado y los dos embriones crecen de manera asimétrica.
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Es así como la pequeña Itzamara, que aún estaba en el vientre materno, estaba embarazada de su hermano gemelo. Inmediatamente conocieron el hecho, el cirujano le realizó una cesárea a Mónica Vega y luego sometió a una operación riesgosa a la nena para extraerle el feto, que no tenía corazón ni cerebro, pero sí había desarrollado las extremidades. Afortunadamente todo salió bien y la pequeña está sana y a salvo.