La segunda ola de la pandemia se hace sentir con fuerza en Europa. Países que pasaron sus momentos más críticos en marzo y abril están tomando duras restricciones nuevamente ante la crecida de contagios en las últimas semanas. Ya sucedió en Inglaterra, Alemania, Italia y España, y ahora se sumará Francia.
"Es de esperar que se tomen decisiones difíciles", advirtió el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, aunque sin dar mayores precisiones. El país se prepara para un nuevo confinamiento, luego de los más de 33 mil casos y 292 muertes de la última jornada.
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Por su parte, el portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, aseguró que barajan estimaciones que indican que "en la actual trayectoria en dos semanas se alcanzará el número de hospitalizaciones registrado en el pico de la primera oleada".
El toque de queda nocturno decretado hace dos semanas para dos tercios de la población francesa parece no haber detenido el avance del virus y este miércoles se espera que el primer ministro, Jean Castex, anuncie nuevas restricciones y más duras que las pasadas.
Lo cierto es que las dos opciones más factibles que contempla el Gobierno francés son extender las horas del toque de queda, posiblemente acompañado de un confinamiento domiciliario de fin de semana, o bien ordenar confinamientos localizados en las regiones más afectadas, como lo es la capital París.
Desde sectores ligados al presidente afirmaron que uno de los principales objetivos es poder celebrar la Navidad sin problemas el 25 de diciembre: "Prefiero confinamientos locales ahora que un confinamiento nacional en Navidad".