La Iglesia Católica dio a conocer hoy la doctrina "Amoris Laetitia" (La alegría del amor) escrita por el Papa Francisco, tras los dos sínodos de obispos que encabezó en el Vaticano sobre los desafíos de la familia.
Un dato trascendente es que Francisco impulsa una mayor integración de los divorciados vueltos a casar y de aquellos que participan de la vida de la Iglesia "de modo incompleto", dejando abierta la posibilidad del regreso a la comunión.
"Nadie puede ser condenado para siempre, porque esa no es la lógica del Evangelio. No me refiero sólo a los divorciados en nueva unión sino a todos, en cualquier situación en que se encuentren", afirma Francisco, en el capítulo 8 del documento titulado "Acompañar, discernir e integrar".
Además, el Papa volvió a rechazar la unión entre personas del mismo sexo, pero pidió comprensión para la comunidad homosexual por la "injusta discriminación" a la que son sometidos. Jorge Bergoglio resaltó el matrimonio tradicional aunque exigió no usar las "leyes morales" como si fueran armas para condenar a los fieles.
El Santo Padre aclaró que "el divorcio es un mal" y que es preocupante el crecimiento del número de divorcios". Sin embargo, reconoció que "hay casos donde la separación es inevitable y puede llegar a ser incluso moralmente necesaria, cuando se trata de sustraer al cónyuge más débil, o a los hijos pequeños, de las heridas más graves causadas por la prepotencia y la violencia, el desaliento y la explotación, la ajenidad y la indiferencia".
El documento de 256 páginas tiene 325 párrafos divididos en nueve capítulos y fue presentado por los cardenales Lorenzo Baldisseri y Christoph Schoenborel. En el texto, Papa utiliza citas de Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Mario Benedetti, Martin Luther King, Erich Fromm y la película La fiesta de Babette.